Frente a las declaraciones de Gustavo Petro refiriéndose a los centros de detención migratoria como “campos de concentración”, la senadora Cabal arremetió: “Resulta curioso cómo guarda silencio ante esas situaciones, que fueron auténticos campos de tortura”.
La senadora María Fernanda Cabal, reconocida por su postura crítica frente al gobierno del presidente Gustavo Petro, lanzó un contundente mensaje en redes sociales en el que puso en evidencia lo que calificó como una «doble moral» del mandatario nacional respecto a la situación migratoria en Estados Unidos.
El trino se refiere específicamente a las declaraciones del presidente Petro, quien días atrás criticó los centros de detención para migrantes en Estados Unidos, tildándolos de “campos de concentración”. Sin embargo, Cabal no solo rechaza esta comparación, sino que señaló al jefe de Estado por omitir un capítulo oscuro en la historia de Colombia:
«Petro critica los centros de detención para migrantes, llamándolos ‘campos de concentración’. Sin embargo, se ‘olvida’ de los verdaderos campos de concentración que, durante años, fueron creados por las guerrillas como las FARC, el ELN y el M-19, ‘las cárceles del pueblo’. Resulta curioso cómo guarda silencio ante esas situaciones, que fueron auténticos campos de tortura».
¿Qué es un campo de concentración?
Un campo de concentración es un lugar en el que se mantiene confinado a un grupo de personas por motivos políticos, étnicos, religiosos o ideológicos, generalmente sin juicio ni garantías legales, y bajo condiciones de vida extremadamente duras y de deterioro. El término adquirió notoriedad mundial durante la Segunda Guerra Mundial, cuando el régimen nazi utilizó estos espacios para encerrar, torturar y exterminar sistemáticamente a millones de judíos, gitanos, homosexuales y disidentes.
En Colombia, aunque ninguno de los grupos armados ilegales alcanzó niveles de genocidio similares a los del holocausto nazi, sí se han establecido estructuras de privación de libertad extrema con características propias de los campos de concentración por parte de grupos terroristas como el M-19, las FARC y el ELN: aislamiento total, tortura psicológica y física, trabajo forzado y ausencia absoluta de derechos humanos a quienes han sido secuestrados.
El M-19 y sus «cárcel del pueblo»
El M-19 fue una organización guerrillera urbana fundada en 1970, que tomó su nombre del fraude electoral ocurrido el 19 de abril de ese año. Aunque firmó la paz con el gobierno en 1990 y evolucionó hacia una fuerza política legal, su historia está manchada por múltiples crímenes de lesa humanidad cometidos durante casi dos décadas de conflicto armado, conflicto y grupo al que perteneció el presidente Gustavo Petro y el cual promueve actualmente a través de sus discursos en plazoletas, incluyendo la sacudida de la bandera del M-19.
Entre los delitos más graves atribuidos al M-19 están:
- Secuestros masivos, incluyendo la famosa Toma del Palacio de Justicia en 1985 y el posterior asalto al mismo edificio, en el que murieron magistrados, empleados y civiles.
- Tortura psicológica y física a secuestrados, a quienes mantenían en condiciones infrahumanas en zonas rurales y urbanas.
- Trabajo forzado: algunos rehenes estaban obligados a construir fortificaciones, trasladar armamento o servir como escudos humanos.
- Aislamiento prolongado: las víctimas permanecían semanas o meses sin contacto con el exterior, en medio de la selva o en bodegas clandestinas, con mínima alimentación y agua.
Estas prácticas responden a lo que la senadora Cabal denomina “auténticos campos de tortura”, y contrasta distribuida con la retórica usada por sectores afines al gobierno actual, que minimizan o justifican los actos violentos de estas agrupaciones en aras de una visión sesgada de reconciliación.
Críticas a la omisión del presidente Petro
La líder opositora también denunció la omisión del presidente Petro al momento de referirse a los abusos cometidos por los grupos armados ilegales en los que él mismo militó. Petro fue miembro activo del M-19 y ha sido acusado en varias ocasiones de haber tenido conocimiento directo sobre las actividades del grupo guerrillero.
“Resulta curioso cómo guarda silencio ante esas situaciones, que fueron auténticos campos de tortura”, manifestó Cabal en su cuenta X.
Reacciones y contexto político
Las palabras de la senadora han generado una ola de comentarios en redes sociales. Mientras algunos apoyan su postura como una defensa de la verdad histórica, otros sectores del oficialismo han calificado sus declaraciones como “polarizadoras” y “fuera de contexto”.
Sin embargo, desde el ámbito académico y de derechos humanos, hay consenso en que el M-19, así como las FARC y el ELN, practicaran formas de violencia extrema contra civiles, incluyendo el secuestro exprés, el reclutamiento forzado y el uso de explosivos en zonas pobladas.
La publicación de la aspirante presidencial María Fernanda Cabal no solo busca corregir una analogía inapropiada del presidente Petro, sino también recordar una parte dolorosa de la historia nacional que no debe olvidarse. En su voz, resuena el clamor de las víctimas de las guerrillas, muchas de ellas aún sin justicia ni reparación.
Como bien lo dijo la senadora: «No podemos permitir que se banalice el lenguaje cuando hablamos de crímenes tan graves como los campos de concentración. Ni en Colombia, ni en ningún otro lugar del mundo».