El dirigente gremial asegura que a pesar de lo difícil que resultó ajustar los conceptos, se pudo concertar una redacción que dejó explícito en el documento la imposibilidad de retener civiles con intenciones económicas o de cualquier otra índole.
En medio de lo que puede ser la crisis más profunda en lo que va corrido de los diálogos entre el Gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), finalizó la quinta sesión de la mesa en Ciudad de México. Este punto es importante para el devenir del proceso, porque el grupo armado ilegal firmó un documento donde se compromete a no seguir secuestrando.
Otro elemento importante de los compromisos adquiridos por el ELN tras este nuevo ciclo, tiene que ver con la entrega de información sobre el estado de salud y la ubicación de todas las personas que hoy permanecen en su poder.
José Félix Lafaurie, presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), miembro de la delegación del Gobierno que negocia con ese grupo subversivo y uno de los únicos integrantes de la mesa que ha dejado ver abiertamente su desacuerdo con las pocas muestras de paz por parte del ELN en entrevistas y un gran número de columnas de opinión, publicadas semanalmente en más de 25 medios de comunicación a nivel nacional, habló con El Tiempo sobre los retos que le esperan a la guerrilla de cara a las fases que aún faltan.
El dirigente gremial, quien tras el secuestro de Luis Manuel Díaz, padre del futbolista Lucho Díaz, dijo que estas acciones enviaban un pésimo mensaje a la comunidad internacional que coopera con el proceso, además, prueba irrefutablemente que incumplieron parte de los acuerdos adquiridos con el cese el fuego, razón por la cual dejaron de manera clara y precisa las obligaciones y compromisos en el nuevo documento producto del quinto ciclo de negociaciones.
“Este acuerdo entra en vigor a partir del 30 de enero, porque va de la mano con el segundo cese del fuego entre el Estado colombiano y el Ejército de Liberación Nacional. Hay que recordar que el primer cese del fuego culmina 180 días después de su inicio, es decir, el 29 de enero. En este caso, quedó explícito el tema del secuestro con fines económicos. Fíjese usted que digo en este caso quedó explícito porque en la primera tregua también había quedado prohibido en los protocolos, porque evidentemente si se va a cumplir el DIH, especialmente lo que tiene que ver con el protocolo II de Ginebra, no se puede secuestrar”, explicó Lafaurie.
A renglón seguido precisó que acordaron esta forma de redacción para evitar que pudieran hacerse interpretaciones contrarias al objetivo real del documento como parece ocurrió y es evidente en el discurso que en torno al secuestro manejan no solo quienes están negociando, sino también jefes de algunas estructuras que han dicho muchas veces financian su actividad de guerra con esta práctica.
ELN tiene que liberar a todos los secuestrados
Entrando en lo que parece ser la solicitud del pueblo colombiano en pleno, el líder ganadero señaló que una muestra real de querer avanzar en el proceso y generar confianza en la población civil, parte activa y eje central de las negociaciones, es la liberación sin condicionamientos de todos los colombianos y extranjeros en su poder.
“El secuestro es un delito de tracto sucesivo, por consiguiente a partir del 30 de enero, toda persona que esté secuestrada hoy o que se secuestre, Dios no lo quiero, de aquí el 29, que según mi opinión el ELN no tiene ninguna licencia para tal propósito, tendrán que ser liberadas. Evidentemente no pueden existir retenciones de carácter económico”, sentenció.
Ahondando más sobre el particular, dejó claro que a pesar de la disposición de algunos países en aportar dinero para eventualidades del proceso, descartaron que se financien actividades de guerra como fórmula para evitar el secuestro, como se ha planteado muchas veces.
“Son de alguna manera ayudas que eventualmente podrán dar los países acompañantes o garantes internacionales, pero exclusivamente para asuntos que tengan que ver con paz. Es decir, esto no puede ser para financiar un frente de guerra, pero si una comunidad, por ejemplo, tiene una necesidad cuando empecemos a territorializar los diálogos y haya que hacer alguna transformación o prestar algún tipo de apoyo a la comunidades en Nariño, en el sur de Bolívar o en el Catatumbo pues la actividad internacional perfectamente puede entrar a cofinanciar o a financiar este tipo de actividades”, comentó Lafaurie.
Finalmente, informó que los protocolos que permitirán la llegada de miembros de la población civil a las negociaciones se encuentran en su etapa final de construcción y debate, por lo que debería darse a conocer el primer trimestre del próximo año.
“[Este mecanismo] ha ido más o menos avanzando, yo creo que llevamos casi un 90 por ciento del plan que inicialmente se trazó para poder identificar los elementos que permitirán en su momento diseñar cómo va a ser la participación. Es una metodología lo que se está recogiendo en esta primera etapa. Yo creo que para febrero estará lista, tal y como estaba el cronograma original, y a partir de febrero ya empieza la participación sobre los elementos transformadores que realmente podrían ser parte del acuerdo que se suscriba”, puntualizó el líder ganadero.
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