Mientras algunos abogan por una revisión crítica y posible suspensión de los diálogos debido a la falta de avances y el incumplimiento de compromisos, otros defienden una estrategia integral que combine negociaciones con medidas de seguridad y una firme aplicación de la fuerza.
Una eventual suspensión de los diálogos de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) ha ganado relevancia en el debate político colombiano gracias a que José Félix Lafaurie Rivera, presidente de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán) y prominente figura en el sector agropecuario, viene impulsado esta propuesta, argumentando que los diálogos con esa guerrilla no están dando frutos y que es necesario reconsiderar la estrategia. Sus declaraciones han generado una serie de reacciones entre exministros y asesores presidenciales.
Ángel Custodio Cabrera, exministro de Trabajo, se mostró claramente a favor de la propuesta de suspender los diálogos con el ELN. Cabrera argumentó que la falta de claridad y el incumplimiento de compromisos por parte del grupo guerrillero justifican una revisión urgente de la estrategia de negociación. Según él, el gobierno actual ha hecho poco para enfrentar militarmente a las guerrillas, lo que ha permitido que estos grupos se fortalezcan y debiliten el proceso de paz.
El exministro considera que, a casi dos años de diálogo, los avances son mínimos y el incumplimiento por parte del ELN se evidencia en actividades delictivas como el secuestro y la financiación ilegal de la guerrilla. Subrayó que los actores armados, cuando sienten que tienen ventaja, tienden a fortalecerse en lugar de ceder. Por ello, cree que la suspensión de los diálogos debe ser una opción a considerar para abordar el problema de manera más efectiva.
En contraste, Emilio Archila, exalto consejero presidencial para la Estabilización y Consolidación, ofreció una perspectiva diferente. Archila sostuvo que los diálogos de paz con el ELN no deben ser el objetivo principal, sino una herramienta dentro de una estrategia más amplia para alcanzar la paz. Según él, las conversaciones deben llevarse a cabo en paralelo con medidas de seguridad y la imposición de la fuerza legítima por parte del Estado.
Archila enfatizó en la importancia de realizar concesiones solo cuando se hayan alcanzado avances concretos y no de manera anticipada. Además, recalcó la necesidad de diferenciar los diálogos con el ELN de los que se llevan a cabo con otros grupos criminales, ya que el ELN tiene una ideología política que influye en las negociaciones. En su opinión, el éxito de la implementación de los acuerdos con las FARC debería servir como modelo para las negociaciones con el ELN y, en ese sentido, advirtió sobre la importancia de fortalecer la inteligencia y la capacidad de la fuerza aérea para respaldar tanto las negociaciones como la seguridad.