La líder opositora cuestionó las excusas oficiales de seguridad, desmentidas por las Fuerzas Militares, y denunció la creciente violencia en el Valle del Cauca, donde ataques al sector avícola han dejado graves pérdidas. La oposición exige respuestas y medidas concretas ante lo que considera un abandono del país por parte del gobierno.
La senadora María Fernanda Cabal encendió las redes sociales con un cuestionamiento que dejó a muchos preguntándose sobre la verdadera situación de seguridad en el país. «¿Dónde quedó la versión de Laura Sarabia? No existen problemas de seguridad para ingresar a El Plateado… Parece que le gusta más la agenda ‘privada’ que darles la cara a los habitantes del Cauca», escribió en X (antes Twitter).
Este mensaje, cargado de ironía, llegó justo después de que el almirante Francisco Cubides, comandante de las Fuerzas Militares, desmintiera las afirmaciones que el gobierno había dado previamente.
El almirante Cubides, al ser consultado sobre el tema, fue claro: “Entramos a El Plateado para quedarnos. Estamos con una importante fuerza militar, robusta. Allá están nuestras fuerzas especiales, de montaña y territoriales”. Sus palabras son una bofetada a la narrativa oficial que utilizó la seguridad como excusa para la ausencia del presidente en la zona.
El comandante también dejó entrever que no había razones para que el presidente Petro evitara este territorio conflictivo, agregando que «no tiene vedado ningún territorio del país».
La ausencia de Petro en El Cauca
Y es que la ausencia de Petro en el corregimiento de El Plateado ha sido uno de los temas más comentados de la semana. El presidente había anunciado en sus redes sociales que visitaría esta zona de Argelia, Cauca, pero su promesa quedó en el aire. Fue Laura Sarabia, la directora del Dapre, quien salió al paso diciendo que el mandatario no había podido acudir por problemas de seguridad, pero que estaría en el lugar «en los próximos días». Sin embargo, tras el desmentido de Cubides, esa justificación parece estar más en duda que nunca.
Esta situación ha generado un fuerte debate en torno a la capacidad del gobierno para cumplir con sus compromisos en zonas afectadas por el conflicto, especialmente en un territorio donde la violencia ha resurgido tras el fin del cese al fuego con las disidencias de las FARC. A pesar de los anuncios de Sarabia sobre la próxima visita de Petro al Cauca, aún no se ha concretado una fecha para su desplazamiento a El Plateado.
El silencio de la Casa de Nariño sobre una nueva fecha para la visita de Petro no ha hecho más que aumentar las suspicacias. No es la primera vez que el mandatario pospone un compromiso en una zona de alta tensión. En Morales, Cauca, luego de un ataque violento a la estación de Policía, Petro también tardó días en presentarse tras convocar un consejo de seguridad que nunca se concretó.
Aunque eventualmente llegó, esa demora quedó grabada en la memoria colectiva de la población, que sigue sintiéndose desprotegida ante la arremetida de grupos armados, como lo evidenciaron los violentos enfrentamientos tras la ruptura del cese al fuego con las disidencias de las FARC.
La violencia afecta al sector avícola
Pero este no fue el único foco de atención de Cabal. En otro trino, lanzó una advertencia que tocó un nervio muy sensible: la crisis del sector avícola en el Valle del Cauca. «Se nos perdió el país», afirmó al referirse a los ataques sistemáticos contra vehículos de transporte de pollos y huevos en Tuluá y otros municipios.
Fenavi, la Federación Nacional de Avicultores de Colombia, confirmó los temores de la senadora. Según un comunicado, en lo que va del 2024, se han registrado 22 agresiones contra camiones, con 11 conductores secuestrados, un herido y millonarias pérdidas por robos y saqueos. «Esta situación no solo afecta la economía local, sino que también pone en riesgo la producción de alimentos y la estabilidad de toda la cadena productiva avícola», advirtió Fenavi.
“La escalada de violencia en el Valle del Cauca ha puesto en grave riesgo la vida, seguridad e integridad de los avicultores, sus trabajadores, familias y bienes”, subrayó Fenavi. Los municipios más afectados incluyen Tuluá y localidades del sur del departamento, donde la falta de seguridad no solo impacta la economía local, sino que amenaza la estabilidad de toda la cadena productiva avícola.
La problemática del sector avícola, sumada al preocupante escenario de inseguridad en el Valle del Cauca, es vista por Cabal como un reflejo de un país al borde del colapso. Y es que las cifras son alarmantes: más de 120 toneladas de alimento y 40 toneladas de pollo han sido robadas, mientras que los ataques a puntos de venta se han intensificado, afectando a un sector que genera más de 35.000 empleos en la región.
Ante este escenario, la federación avícola ha hecho un llamado urgente al gobierno para que implemente medidas efectivas. Exigen un aumento en la presencia de policías y militares en las zonas rurales y en las vías donde se transportan los productos. Según el gremio, sin estas medidas, la actividad avícola, un motor clave para la economía del Valle del Cauca, corre el riesgo de colapsar.