Utilizaría como suyos los informes y evidencias de actividades que presentaba uno de sus asesores. Cotejos realizados por un equipo jurídico demostrarían que copiaba los textos del subalterno, así como también, capturas de pantalla de reuniones y visitas técnicas a las que no era invitado.
Alfredo Saade Vergel es acérrimo defensor del presidente Gustavo Petro en rede sociales: responde a los contradictores del jefe de Estado con largos mensaje, la mayoría de ellos en tono bastante agresivo y con información sin verificar, casi siempre, relacionada con corrupción, paramilitarismo y narcotráfico.
En el pasado, la periodista y excandidata a la Gobernación del Cesar, Katya Ospino, paradójicamente, había detallado en uno de sus acostumbrados informes, la oscura estela de presunta corrupción que arropa a Saade Vergel desde el inicio de su carrera en el sector público, hasta un cargo directivo que desempeñó en la ciudad de Valledupar.
Luego de enfrentarse a Petro en una consulta multipartidista sin ninguna posibilidad de triunfo, Alfredo Saade dio el salto de lo regional a lo nacional, apareciendo en varios escenarios donde el presidente solo ha enviado a sus más cercanos colaboradores. Ese hecho, aunado a su beligerante discurso, lo ha puesto en la palestra pública.
¿Cobraba sin trabajar?
Hoy, su nombre vuelve a estar en todos lados por cuenta de una denuncia que en su contra hizo el veedor ciudadano y concejal de Bogotá por el Partido Centro Democrático, Daniel Briceño, quien asegura haber encontrado junto a su equipo de asesores, una serie de irregularidades en los documentos que soportan los pagos del polémico personaje.
Arranca diciendo Briceño en su extenso hilo en la red social X, que Saade Vergel tuvo el año pasado un contrato con la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) con el objeto de brindar asesorías altamente especializadas al ordenador del gasto de la entidad. Según el documento del negocio jurídico, le pagarían un poco más de $21 millones al mes.
“Los soportes y actividades una vergüenza. En el informe del mes de septiembre de 2023, encontramos que los anexos con los que Saade cobró esa factura pertenecían a otro contratista, llamado Andrés Santiago Esquivel y fueron cargados para cobrar el contrato 9677-PPAL001-530-2023, distinto al de Saade”, denunció el concejal.
A renglón seguido, precisó que una vez analizados los documentos referenciados para los pagos de uno y otro contrato, pudo determinar con sus asesores, que el informe de actividades presentado por Alfredo Saade Vergel para viabilizar sus pagos es igual al que cargó en el sistema para los mismos fines Andrés Santiago Esquivel. Otro indicio que demostraría la reproducción tanto de las actividades como las evidencia de las mismas, son las fechas en que uno y presentaron sus respectivas cuentas de cobro.
“Para la obligación 2 de ese informe, el señor Saade adjuntó como prueba un acta de reunión en Buenaventura donde supuestamente asistió, pero al revisarla, Saade no aparece en la lista de asistentes. Por el contrario sí aparece el señor Andrés Esquivel. Evidente plagio”, se lee en uno de los trinos posteados por Daniel Briceño. La denuncia contiene pantallazos de uno y otro documento.
Otro de los detalles que causó curiosidad al veedor y su equipo jurídico, es la referencia a una sesión del comité contratación llevado a cabo el día 10 de agosto de 2023, donde no aparece la firma del pastor petrista en el acta, a pesar que esa actividad figura en su informe. El que sí aparece firmando, es el contratista Andrés Esquivel.
La actitud parece ser repetitiva durante el desarrollo del contrato en comento. “En el informe del mes de agostos (2023) encontramos varias obligaciones con ejecuciones dudosas. Por ejemplo, para las obligaciones 2 y 3 encontramos que el soporte documental fueron 2 presentaciones de la UNGRD que también se usaron para las obligaciones 2 y 4 del informe de junio. Para cumplir con la obligación 5 el señor Saade adjuntó este documento de la Comisión Interamericana de DDHH donde no aparece él”, trinó el veedor ciudadano y concejal.
Finalmente, explica que el religioso habría utilizado las mismas evidencias para justificar actividades de varios meses, además, aseguraba haber proyectado varios autos y decretos sin que se hiciera referencia alguna a él en el documento, además, adjuntaba pantallazos de reuniones virtuales a las que no era invitado y en las que tampoco aparece conectado.
“Cada documento adjuntado por el señor Saade evidencia que los colombianos en realidad le estábamos pagando por escribir sandeces en redes sociales y no por hacer su trabajo. De aquí en adelante estaremos publicando la ejecución de muchos contratistas que en realidad no hacen nada”, puntualizó Daniel Briceño.