Resulta preocupante la irresponsabilidad en la comunicación oficial del gobierno y la desinformación para promover sus agendas políticas.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, fue desmentido tras sus declaraciones sobre el supuesto robo de dos millones de armas y municiones en las bases de Tolemaida y La Guajira, insinuando una situación de corrupción dentro del Ejército Nacional.
Sin embargo, varios medios publicaron la cifra real de armamento que se encuentra perdido que llega apenas a los 150.000. Asimismo, varios miembros de la institución castrense rechazaron categóricamente estas afirmaciones, calificándolas como una completa falsedad.
Sin credibilidad
La equivocada revelación del jefe de Estado ha generado un profundo malestar, no solo en el interior del Ejército, sino entre la opinión pública, y ha levantado serias dudas sobre la credibilidad y la veracidad de las declaraciones de Gustavo Petro. Muchos ciudadanos se han mostrado indignados ante lo que consideran un intento por parte del presidente de manipular la información con fines políticos.
Este incidente plantea interrogantes sobre la responsabilidad y la transparencia en la comunicación oficial del gobierno. En un momento en el que la confianza de los ciudadanos es crucial, resulta alarmante que el máximo líder del país recurra a la desinformación para promover sus agendas políticas.
Ante esta situación, se espera que mandatario colombiano ofrezca explicaciones claras y transparentes sobre sus declaraciones, así como que asuma la responsabilidad por sus acciones y se comprometa a brindar información veraz y fidedigna en el futuro. En un país que lucha por la estabilidad y la confianza institucional, la verdad y la honestidad son fundamentales para el fortalecimiento de la democracia y el Estado de derecho.
