La senadora del Centro Democrático encendió el debate nacional tras denunciar que el gobierno Petro ha destinado millonarios recursos a países aliados de su línea ideológica, mientras Colombia afronta crisis en salud, educación y vivienda.
La congresista María Fernanda Cabal, una de las voces más críticas del gobierno de Gustavo Petro, desató una nueva polémica en redes sociales tras denunciar que el Ejecutivo habría enviado más de 3495 millones de pesos colombianos —equivalentes a aproximadamente 742.000 dólares estadounidenses o 70.000 euros— a Cuba, Venezuela y Palestina en concepto de ayuda humanitaria.
“No hay presupuesto que alcance”, sentenció Cabal en un mensaje publicado en su cuenta de X (antes Twitter), acompañado de documentos oficiales que revelarían el desglose de los recursos enviados por la Cancillería colombiana desde 2022.
En sus declaraciones, la senadora aseguró que estos recursos deberían haber sido destinados a resolver las necesidades urgentes de los colombianos, como programas de vivienda, subsidios educativos o acceso a medicamentos esenciales.
“Son en total $3.495’687.980 que harían falta para programas de vivienda, subsidios de educación o compra de medicamentos. Regalando plata y malgastándola en clientelismo no hay presupuesto que alcance”, escribió Cabal.
La controversia surge justo cuando el país enfrenta graves problemas en sectores clave: hospitales colapsados por falta de insumos, colegios públicos con infraestructura precaria y un déficit creciente en el presupuesto destinado a programas sociales.
¿Solidaridad internacional o derroche ideológico?
Según los documentos compartidos por la senadora, en 2022 el gobierno colombiano realizó varios envíos de recursos a Venezuela a través de organismos internacionales como la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). Estos recursos habrían sido destinados a proyectos para mejorar la atención de los migrantes.
En 2023, los fondos continuaron fluyendo, esta vez hacia Palestina a través de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), con el objetivo de “aliviar la crisis humanitaria en Gaza”. Y en 2024, la ayuda también se canalizó a Cuba, tras el paso del huracán Óscar, afectando a miles de personas en la isla.
Desde el Ejecutivo, aún no hay un pronunciamiento oficial frente a la denuncia, pero defensores del gobierno argumentan que se trata de cooperación internacional legítima y que Colombia, como miembro de la Organización de las Naciones Unidas y de otras instituciones multilaterales, tiene el deber de responder a las emergencias globales.
Sin embargo, para Cabal y otros sectores de la oposición, esta postura no es más que una excusa para fortalecer lazos ideológicos con regímenes afines y abandonar las verdaderas prioridades nacionales.
¿Un modelo de diplomacia «solidaria» o una política exterior ideologizada?
La política exterior del gobierno Petro ha estado marcada por un giro hacia una diplomacia de corte progresista, estrechando relaciones con regímenes como los de Nicolás Maduro en Venezuela, Miguel Díaz-Canel en Cuba, o la Autoridad Nacional Palestina. Para sus defensores, esto representa un acto de justicia histórica y de compromiso con los pueblos del sur global. Para sus críticos, es simplemente una forma de alinearse con gobiernos autoritarios en detrimento de los intereses de los colombianos.
“Este gobierno no ve la política exterior como una herramienta de beneficio mutuo o posicionamiento estratégico, sino como una extensión de su narrativa ideológica. Lo grave es que esto cuesta miles de millones que bien podrían estar salvando vidas aquí”, denunció Cabal.
Un debate que apenas comienza
La denuncia de la senadora Cabal abre un debate que pone sobre la mesa una pregunta de fondo: ¿Debe Colombia enviar recursos a otros países cuando enfrenta crisis internas no resueltas?
Para muchos ciudadanos, la respuesta es clara. En redes sociales, la mayoría de comentarios coincidían en respaldar la indignación de Cabal: “Aquí la gente muere por falta de medicamentos mientras Petro envía plata a Cuba”, escribió un usuario. Otro agregó: “Eso no es solidaridad, es corrupción ideológica”.
Sin embargo, otros llamaron a la mesura, señalando que los aportes hechos por Colombia son mínimos comparados con los presupuestos generales del país y que la cooperación internacional forma parte del compromiso con los derechos humanos globales.
Lo cierto es que esta polémica evidencia una fractura profunda en la forma como se conciben las prioridades del Estado, y anticipa que la política exterior será uno de los temas candentes en el camino hacia las elecciones presidenciales de 2026, en las que María Fernanda Cabal podría disputar la jefatura del Estado con una plataforma centrada en “orden, soberanía y prioridades nacionales”.
¿Está Colombia en capacidad de ejercer solidaridad internacional mientras sus ciudadanos claman por lo básico? La pregunta está servida… y el debate, más vivo que nunca.