Diversos temas fueron abordados por el mandatario, desde los señalamientos sobre una presunta adicción a las drogas hasta los resultados de su gestión de gobierno.
En una entrevista cargada de ironía y tensos momentos, el presidente Gustavo Petro enfrentó las preguntas del personaje satírico Juanpis González, interpretado por el comediante Alejandro Riaño.
Drogas, infidelidades, funcionarios polémicos, poder, riqueza y la ejecución del «Gobierno del cambio» fueron parte del extenso recorrido que duró más de una hora en la Casa de Nariño.
Uno de los momentos más comentados fue cuando Juanpis le preguntó directamente por los rumores de consumo de drogas, en referencia a la carta del excanciller Álvaro Leyva, que hablaba de un supuesto episodio en París.
Petro eludió las acusaciones con sarcasmo y referencias culturales: «¿Perderse dos días en París? Con esos museos, esas calles… es imposible no hacerlo», dijo, desarmando la crítica con humor.
Rechazando cualquier vínculo con sustancias, el mandatario afirmó que está “emancipado” y se describió como un “revolucionario”. Para él, ser adicto es ser esclavo, mientras que su rol, aseguró, es el de un “emancipador que lucha por la libertad”. También recordó que una cirugía gástrica le impide incluso consumir licor, desmintiendo con argumentos físicos y políticos las versiones sobre supuestas adicciones.
En materia de poder, Petro sorprendió al declarar que “el poder no lo tengo yo”, señalando que las verdaderas decisiones siguen concentradas en las élites económicas, “los amiguitos de Juanpis”, como las llamó en tono irónico.
Sobre las figuras polémicas en su gobierno, como Hollman Morris y Armando Benedetti, el presidente defendió su presencia con el argumento de que no han sido condenados judicialmente.
Insistió en que mientras no exista una sentencia, no hay razones legales para excluirlos del Ejecutivo.
Al ser cuestionado por posibles contradicciones frente a las causas feministas, respondió que el gobierno no puede guiarse “por creencias o rumores”, sino por el debido proceso.
La vida personal del mandatario también fue blanco de insinuaciones. Al ser consultado por supuestas infidelidades y su relación con la primera dama, Verónica Alcocer, Petro optó por respuestas ambiguas y evasivas.
“Ahí vamos”, dijo sobre su matrimonio, y aseguró que Alcocer está en Europa dedicada a actividades diplomáticas. También negó enfáticamente cualquier vínculo amoroso con la actual canciller Laura Sarabia, a quien definió como “disciplinada y ordenada”.
Juanpis no dejó de lado las controversias sobre la financiación de la campaña, al entregarle una bolsa con “billeticos”. Petro esquivó el tema.
Ante la crítica sobre la falta de resultados en su “Gobierno del cambio”, Petro destacó la reducción de homicidios y defendió su gestión como un intento por restaurar la paz.