Los recientes ataques de grupos armados en Arauca y otras regiones de Colombia han avivado las críticas hacia la política de «paz total» del gobierno de Gustavo Petro. La senadora María Fernanda Cabal ha expresado su rechazo en una serie de trinos en los que señala que el país está «a merced de los criminales».
La senadora María Fernanda Cabal ha vuelto a utilizar su cuenta en la red social X (anteriormente Twitter) para manifestar su indignación por el reciente ataque de los terroristas del ELN al Ejército en Arauca y rechazo a la política de «paz total» del presidente Gustavo Petro, a la que ha tildado de ineficaz y peligrosa.
A través de cinco contundentes trinos, Cabal denunció lo que considera una rendición del Estado colombiano ante los grupos armados ilegales, enfatizando las graves consecuencias que esta estrategia ha tenido para la Fuerza Pública y la seguridad en el territorio nacional.
En su primer mensaje, Cabal cuestiona: «¿Cuántos muertos de la Fuerza Pública, ¿cuántos secuestrados, ¿cuántos asesinatos para calmar su capricho? No más discursos de “paz” con los terroristas. Su deber es el de proteger la vida de los colombianos, no contemplar criminales».
Los grupos terroristas se han fortalecido
Estas palabras subrayan su descontento con la forma en que el gobierno ha llevado las negociaciones con el ELN y las disidencias de las FARC, quienes han incrementado su accionar delictivo pese a los diálogos de paz. La senadora denuncia que el enfoque de Petro ha resultado en un alto costo humano, especialmente para los miembros de la Fuerza Pública que han sido blanco de ataques en diversas regiones.
El segundo trino de la senadora critica la falta de apoyo logístico y militar para las tropas en el terreno, afirmando que «Qué desastre no tener inteligencia, apoyo de la fuerza aérea, drones que protejan a nuestros soldados. En manos del crimen organizado protegido desde Venezuela».
Esta declaración no solo pone en evidencia la vulnerabilidad de los soldados colombianos, sino que también señala la presencia y el respaldo de grupos armados en Venezuela, un tema que ha sido ampliamente debatido. Las fronteras porosas y la connivencia de estos grupos con actores internacionales han dificultado el control de las regiones más afectadas por el conflicto.
Cabal continúa su serie de trinos con una denuncia sobre el uso de civiles como escudos humanos por parte de los grupos armados. «Desde una escuela llena de niños, estos degenerados disparaban a la fuerza pública», escribió, reflejando una realidad dolorosa en varias regiones del país donde los actores armados ilegales recurren a tácticas que violan los derechos humanos y ponen en riesgo a la población civil, en especial a los niños.
En su cuarto trino, Cabal detalla uno de los ataques más recientes y violentos contra la Fuerza Pública en Arauca: «Terroristas estallaron tatucos en el alojamiento militar de Puerto Jordán, Arauca. El ataque a tropas de la Octava División del Ejército dejó 16 militares heridos, de los cuales 6 se encuentran en estado de gravedad. Este gobierno nos dejó a merced de los criminales».
Arauca es uno de los departamentos más golpeados por la violencia, donde el ELN y las disidencias de las FARC mantienen una fuerte presencia. El ataque mencionado, que dejó a varios militares heridos, es un ejemplo más de la incapacidad del gobierno para garantizar la seguridad en zonas conflictivas, a pesar de sus esfuerzos por alcanzar un cese al fuego con estos grupos.
El último trino de la senadora contiene una de las críticas más duras hacia Petro: “A los 3 meses de ser presidente, se acaba el ELN en Colombia” ¡Mitómano!». Esta afirmación se refiere a una promesa hecha por el presidente al inicio de su mandato, en la que aseguraba que el ELN dejaría las armas en un corto plazo.
Sin embargo, esa realidad ha estado lejos de cumplirse. El grupo guerrillero no solo sigue activo, sino que ha intensificado sus ataques contra la Fuerza Pública y la población civil en varias regiones del país.
El fracaso de la «paz total»
La política de «paz total» de Petro, que buscaba integrar a todos los grupos armados en un proceso de desmovilización y negociación, atraviesa uno de sus peores momentos. El cese al fuego bilateral más largo con el ELN, que terminó el 3 de agosto, no se ha renovado, y los ataques de esta guerrilla continúan en varias partes del país, afectando principalmente a departamentos como Arauca, Cauca y Norte de Santander.
A esto se suma el complicado escenario con otros actores armados. El EMC, que cuenta con alrededor de 4500 hombres, se fracturó en dos facciones, dejando al gobierno en una situación precaria. Mientras que el gobierno continúa negociando con un 40 % de los disidentes, la otra parte, comandada por alias Iván Mordisco, ha intensificado sus ataques, especialmente en el suroeste del país. A nivel fronterizo, la situación no es mejor, con la Segunda Marquetalia, dirigida por Iván Márquez, y los Comandos de la Frontera controlando grandes áreas limítrofes con Ecuador.
El panorama es desalentador. A mitad del mandato de Petro, las promesas de pacificación no se han cumplido, y el país sigue sumido en un conflicto que parece cada vez más fragmentado. Las críticas de Cabal reflejan la frustración de muchos sectores que ven en la «paz total» no una solución, sino una herramienta que ha fortalecido a los grupos armados, debilitado a las Fuerzas Militares y dejado a los ciudadanos a merced del crimen organizado.