Con un respaldo del 4,6 % en intención de voto, la senadora se consolida como la opción más visible del uribismo en un momento de reacomodo interno y definición estratégica dentro del partido.
La líder opositora María Fernanda Cabal se posiciona como la principal figura del uribismo con miras a las elecciones presidenciales de 2026. Así lo confirma la más reciente encuesta de la firma Guarumo, que la ubica como la precandidata del Centro Democrático con mayor intención de voto a nivel nacional, alcanzando un 4,6 %, lo que la sitúa en la sexta posición entre todos los nombres medidos en el sondeo.
Este resultado no solo refuerza su liderazgo dentro del partido fundado por el expresidente Álvaro Uribe Vélez, sino que también envía una señal clara sobre el rumbo ideológico que podría tomar el Centro Democrático en los próximos comicios. Cabal ha construido su imagen sobre pilares como la defensa de la seguridad, la oposición al gobierno de Gustavo Petro y un discurso de firmeza ideológica que apela a las bases más conservadoras del país.
El crecimiento de su perfil político no es producto del azar. Desde hace varios años, ha cultivado una presencia constante en los medios de comunicación, ha consolidado una narrativa de confrontación directa contra el progresismo y ha logrado captar el respaldo de un electorado que percibe en ella una alternativa clara al actual gobierno. Su actividad en redes sociales y sus intervenciones en el Senado le han dado una visibilidad que supera incluso a otros nombres históricos del uribismo.

Aunque el 4,6 % de intención de voto aún la deja lejos de los punteros en la carrera presidencial, su ventaja sobre otras figuras del Centro Democrático es significativa. Ni Paloma Valencia, ni Miguel Uribe Turbay, ni otros miembros destacados del partido logran acercarse a ese nivel de apoyo, lo que sugiere que, en el escenario actual, Cabal parte con una ventaja estructural frente a cualquier eventual contienda interna.
La encuesta también permite leer otras señales. Por un lado, evidencia que el Centro Democrático todavía no ha definido una estrategia clara de cara a 2026. Aunque el expresidente Uribe ha mantenido una postura más discreta en los últimos años, su influencia sobre las decisiones internas del partido sigue siendo determinante. El respaldo tácito o explícito del líder natural del uribismo podría ser decisivo en la configuración de una candidatura única.
Por otro lado, los resultados revelan una realidad compleja para el uribismo: a pesar del posicionamiento de Cabal, ningún candidato del partido alcanza cifras que lo ubiquen como favorito en el panorama nacional. Esto indica que, aunque es la figura más fuerte dentro del Centro Democrático, su capacidad para ampliar su respaldo fuera del electorado tradicional uribista será fundamental si aspira a competir con seriedad en una primera vuelta presidencial.
Analistas han señalado que este tipo de liderazgo, basado en la confrontación ideológica, tiene ventajas y límites. Por un lado, permite fidelizar una base sólida y movilizar electores leales. Por otro, puede dificultar la construcción de consensos y limitar las alianzas necesarias para avanzar hacia una segunda vuelta.
En ese sentido, el reto de Cabal no es solo conservar su liderazgo dentro del partido, sino también articular un mensaje que le permita captar el apoyo de sectores más amplios de la derecha e incluso del centro político.
La encuesta de Guarumo también reaviva los debates internos dentro del Centro Democrático. Algunos sectores más moderados podrían insistir en la necesidad de un perfil presidencial menos polarizante, que pueda atraer votantes indecisos o de tendencias más pragmáticas. Sin embargo, los números indican que, al menos por ahora, la militancia y el electorado más cercano al uribismo están optando por una figura de línea dura, frontal y con un discurso abiertamente opositor al gobierno Petro.
En este escenario, Cabal no solo lidera en las cifras: también marca la pauta del debate interno que tendrá que dar el uribismo en los próximos meses. La definición de una candidatura única, la elaboración de un programa coherente y la posibilidad de alianzas externas serán claves para determinar si el partido logra mantener relevancia en un país que se mueve en medio de tensiones institucionales, cambios ideológicos y reconfiguraciones políticas profundas.
Lo que sí parece claro es que, por ahora, María Fernanda Cabal ha logrado consolidarse como la figura más representativa del uribismo en el ciclo político actual. Y aunque aún faltan meses para el inicio formal de la campaña presidencial, su liderazgo interno empieza a perfilar el rostro de la oposición de derecha para 2026.