Las promesas incumplidas en la erradicación de narcocultivos en Colombia

Está en juego la credibilidad del gobierno de Petro y su verdadera lucha contra el narcotráfico. La erradicación de 2278 hectáreas en el primer semestre del 2024 es frustrante y podría pasar a la historia como la cifra más baja en la lucha antidrogas en el país.

En el primer semestre del 2024, la erradicación de narcocultivos en Colombia ha sido, por decir lo menos, decepcionante.

A pesar de las altas expectativas y metas establecidas por el gobierno del presidente Gustavo Petro, las cifras hablan por sí solas: apenas se han erradicado 2278 hectáreas de coca, una cifra muy por debajo de las 10.000 hectáreas prometidas para el año.

Esto representa apenas el 23 % del objetivo planteado, lo que indica un preocupante rezago en una de las principales apuestas de la actual administración para combatir el narcotráfico.

Según el Ministerio de Defensa, el avance en la erradicación ha sido muy lento y desigual.

En enero no se destruyó ni una sola hectárea, y entre el 1.º de febrero y el 4 de julio, el promedio de erradicación diaria se ha mantenido en unas escasas 15 hectáreas.

Esta situación es alarmante no solo para Colombia, sino también para sus socios internacionales en la lucha contra el narcotráfico, como Estados Unidos, que observan con inquietud cómo el país más grande productor de cocaína del mundo parece estar perdiendo la batalla en el control de cultivos ilícitos.

Personal idóneo

A pesar de contar con 800 policías dedicados a la erradicación y el apoyo de tres helicópteros para facilitar los desplazamientos, la meta fijada para el 2024 podría convertirse en la más baja de la última década si no se toman medidas urgentes y efectivas, revela el Tiempo en un informe especial.

Para tener una idea del declive, basta con comparar las cifras actuales con los logros de años anteriores: en 2020, se erradicaron 130.147 hectáreas, y en 2021, se alcanzó la cifra de 103.257 hectáreas erradicadas. Sin embargo, en 2023, la cifra se desplomó a 20.325 hectáreas, mostrando una tendencia preocupante que ha continuado en 2024.

El gobierno de Petro ha intentado justificar este descenso señalando un cambio en la estrategia, priorizando la interdicción de drogas y la sustitución voluntaria de cultivos ilícitos. Sin embargo, a pesar de los aumentos en la cantidad de droga incautada y la destrucción de laboratorios de procesamiento de cocaína, la erradicación forzada, que ha sido una herramienta crucial en la lucha contra el narcotráfico, ha quedado relegada a un segundo plano.

Cifras

Las cifras del Ministerio de Defensa muestran que entre enero y mayo de 2024 se incautaron 366,9 toneladas de cocaína, un 36 % más que el año anterior. Además, se destruyeron 2270 laboratorios, apenas un 1 % menos que en 2023.

Sin embargo, la incautación de embarcaciones utilizadas para el transporte de drogas disminuyó en un 16 %, lo que refleja una preocupante falta de consistencia en las operaciones de interdicción.

El impacto de este fracaso no solo se refleja en las cifras de erradicación, sino también en la percepción de seguridad y confianza en las políticas del gobierno. En departamentos como Antioquia, Bolívar, Putumayo y Santander, donde se han realizado intervenciones, el avance es escaso. Por ejemplo, en Putumayo, uno de los principales enclaves de cultivo de coca del país, se han erradicado apenas 1443 hectáreas de las 48.034 detectadas en 2022.

A pesar de los esfuerzos, los uniformados encargados de la erradicación se han enfrentado a múltiples desafíos, incluidos 45 bloqueos, dos asonadas y dos hostigamientos, que han resultado en seis policías heridos y un muerto por la activación de un campo minado.