Instituto de Ciencias Naturales se desploma ante la desidia del gobierno de Petro


Las filtraciones, daños eléctricos y fallas estructurales que exponen la presencia de asbesto, amenazan a la principal colección biológica de Colombia y la vida de miles de personas.

Contradiciendo su discurso sobre la conservación de los recursos naturales, el gobierno de Gustavo Petro ha demostrado total desinterés por atender la alarmante situación que atraviesan el Instituto de Ciencias Naturales y del Museo de Historia Natural de la Universidad Nacional cuyas infraestructuras se encuentran en estado crítico y deplorable, lo que pone en riesgo los 3,5 millones de ejemplares, entre plantas, aves, insectos y hongos, que conforman la principal colección biológica de Colombia.

“Esto incumple el Convenio de Biodiversidad que insta al Estado a hacer la inversión financiera para fomentar y fortalecer la investigación, con base en la cual se deben tomar las decisiones de conservación y de uso sostenible de los recursos naturales del país”, señaló la Procuraduría luego de su visita de inspección a las edificaciones que albergan la historia de la biodiversidad del país y que se encuentran en amenaza de ruina por filtraciones, fallas estructurales y daños eléctricos.

Contradicciones del gobierno

El ente de control subrayó que es paradójico que mientras el presidente Gustavo Petro, su gabinete y bancada celebran la designación de Cali como sede de la COP16, conferencia mundial sobre biodiversidad en la que se invertirán cerca de dos millones de dólares, su gobierno le dé la espalda al instituto que documenta y registra la biodiversidad nacional.

Agregó que, hasta la fecha, los ministerios de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Educación Nacional, Ciencia y Tecnología y de Cultura no se han puesto de acuerdo acerca de las acciones que se necesitarían para financiar el nuevo proyecto arquitectónico que costaría $93.000 millones.

Riesgo inminente

De acuerdo con la Procuraduría, la grave situación en la que se encuentran los edificios por grietas en las paredes, que han empeorado con los temblores de los últimos años, deterioro por humedad y presencia de asbesto, sustancia conocida por ser potencialmente cancerígena, pone en riesgo las colecciones biológicas y la vida de profesores, estudiantes y de los 16.000 visitantes que recibe el museo anualmente.