Falta de control estatal impulsa el aumento de abigeato y sacrificio clandestino

La naturaleza misma del abigeato y el sacrificio clandestino los hace difíciles de prevenir, ya que suelen ocurrir en lugares apartados, donde los delincuentes se aprovechan de la baja densidad poblacional.

El columnista y analista de opinión Thierry Ways señaló que la inefectividad estatal en el control del abigeato y el sacrificio clandestino en el país, afectan especialmente a los ganaderos de áreas rurales apartadas. “Son muy notorias estas cifras de abigeato y sacrificio clandestino, que evidencian la casi nula efectividad de la acción del Estado para controlar este delito”, expresó Ways, resaltando que estos crímenes suelen ocurrir en zonas de baja densidad poblacional, donde los delincuentes se aprovechan de la lejanía y de la oscuridad de la noche para operar.

Ways advirtió que, aunque estos delitos son de difícil prevención, la limitada capacidad de respuesta de las autoridades contribuye al problema. A su juicio, es fundamental reforzar la coordinación y comunicación entre ganaderos y la fuerza pública para una respuesta más rápida. Sugirió, además, la incorporación de tecnología de vigilancia como cámaras de seguridad y drones, aunque reconoció que esta solución es económicamente inviable para muchos pequeños ganaderos. “Contrario a la creencia popular, afirmó que buena parte de la ganadería nacional no está en manos de grandes terratenientes con recursos para asumir altos costos de seguridad”.

El columnista identificó también el alto costo de la formalidad como un factor que impulsa el mercado negro de carne. Las regulaciones sanitarias y locativas impuestas en los últimos años para mejorar la seguridad alimentaria y habilitar al país para exportar carne a Estados Unidos han incrementado los costos operativos de las plantas de beneficio, lo que ha incentivado la informalidad. Esta situación recuerda lo sucedido en otros sectores, como el tabaco, donde el mercado negro florece debido a los altos costos de formalización.

Ways concluyó que estas dificultades no solo afectan a los ganaderos y la seguridad alimentaria, sino que exponen la necesidad de replantear las estrategias de control y costos en la industria cárnica para combatir efectivamente el abigeato y el sacrificio clandestino en Colombia.