Encapuchados se atrincheraron en edificio rectoral de la Universidad Nacional

Funcionarios aseguraron que quienes protagonizan estas acciones no pertenecen a la comunidad académica, además, que en el espacio ocupado se conserva y custodia información clasificada. Solicitan a las autoridades competentes intervenir y solucionar las controversias por la vía del diálogo.

Desde que el presidente, Gustavo Petro, se pronunciara contra la elección de José Ismael Peña Reyes como rector de la Universidad Nacional, esa casa de estudios ha venido siendo víctima de ataques sistemáticos y sostenido por parte de un grupo de encapuchados que solicitan la instalación de una Asamblea General, al tiempo que rechazan los resultados del pasado proceso electoral interno.

El pasado 9 de abril, haciendo de manera directa alusión al grupo guerrillero al que perteneció el presidente Petro, en horas de la tarde, un grupo de al menos 30 personas se tomaron las instalaciones de la rectoría.

La saliente rectora, Dolly Montoya, aseguró a varios medios de comunicación que las personas que se encuentran atrincheradas en las oficinas donde ejerce su labor rectoral, no son miembros de la comunidad educativa, por lo que solicita a las autoridades competentes esclarecer este asunto.

“Empezamos a sentir amenazas de la toma del edificio y se entraron a las 4:00 p. m., violentaron puertas. No son los estudiantes los que hicieron eso ni los trabajadores, pero hay un grupo que entró armado con armas, con machetes y que amenazaron a los celadores”, relató Montoya.

Asimismo, la rectora aseguró que esas oficinas, particularmente, se cuidaban con bastante recelo porque en ellas se custodia y conserva “muchísima información y los funcionarios nuestros son conscientes de que ese es un sitio sagrado de la universidad”.

La Vicerrectoría informó que los encapuchados habrían mantenido retenidos por un largo periodo de tiempo a un grupo de trabajadores al interior de los edificios ocupados, configurando claramente el delito de secuestro.

Igualmente, que destruyeron gran parte de los sistemas de videovigilancia de la institución, hecho que hace difícil la identificación de los vándalos y saber los movimientos que ejecutan durante la ocupación.

Finalmente, enviaron un mensaje a las autoridades administrativas y de policía para que hagan contacto con los encapuchados para que abandonen la protesta, dado que se ha venido afectando el desarrollo de las actividades académicas y administrativas, que por el momento, se desarrollan de manera virtual.