Estos actos contribuyen en el deterioro de la imagen y reputación. En redes sociales suele leerse: “Petro siempre llega tarde o, mejor, no llega”, como una característica del mandatario.
Pareciera habitual que el presidente Gustavo Petro llegue tarde o no asista a eventos agendados y más si estos están coordinados para las primeras horas de la mañana.
Un reciente episodio se registró en Madrid, España. El mandatario de los colombianos era el invitado especial en la Confederación Española de Organizaciones Empresariales, CEOE.
El mismo, presidente Antonio Garamendi, había organizado un encuentro con 16 empresarios españoles para hacer homenajear a los invitados y dar una oportunidad para conocer las oportunidades de inversión en Colombia.
Entre los invitados, se encontraban presidentes y consejeros delegados de empresas como Ferrovial, FCC, Santander, Iberia, Prosegur, Prisas, entre otros notables empresarios.
Pese a la gran convocatoria y la oportunidad de lujo, el presidente llegó muy tarde al encuentro.
Al acto descortés considerado una falta de respeto e incluso una perdida de oportunidad, llegaron los ministros de Minas y Energía, Irene Vélez; y del de Comercio, Industria y Turismo, Germán Umaña; quienes disculparon y justificaron el retraso por la complejidad de las agendas a nivel político. Aunque parece que la razón es que “el presidente no madruga”.
Esta misma situación se repitió en Portugal donde dejó esperando a su comitiva por más de seis horas. La cita era a las 4:00 a. m.; pero el presidente Petro llegó a las 10:00 a.m. al aeropuerto. El enojo y descontento no se hicieron esperar.
