Desde la llegada al poder de Gustavo Petro se han venido poniendo todo tipo de trabas a la ejecución de proyectos relacionados con la producción de energía eólica, desmontado progresivamente incentivos legales a proyectos renovables y radicalizado las políticas de protección a territorios y comunidades indígenas.
En su acostumbrada columna de los domingos en el periódico El Tiempo, el exvicepresidente Germán Vargas Lleras, hizo duros cuestionamientos a las formas cómo el gobierno de Gustavo Petro quiere llevar a cabo en el país la llamada transición energética.
De acuerdo con Vargas Lleras, las ideas que a través del Ministerio de Minas se han difundido en varios escenarios nacionales e internacionales resultan bastante complejas de ejecutar en el país, en atención a las muchas limitaciones que existen a este respecto, indicado que si bien la ‘transición energética’ es un tema en boga, dicho proceso, en otros países se ha ejecutado paulatinamente y con garantías mínimas de prestación de servicios y tarifas para los ciudadanos.
“En el mundo entero se habla de la transición energética sostenible y justa y, añado yo, ordenada. Debe hacerse cuidando el elemento de seguridad para que podamos siempre atender la creciente demanda de energéticos, también con total respecto por el medio ambiente y, por último, cuidando el acceso y la capacidad de pago de las personas. O sea, justicia y equidad social. Nadie se está oponiendo a esto en Colombia. Lo que se ha dicho es que cada país debe hacer esa transición a su propio ritmo y considerando sus recursos y capacidades”, escribió el exvicepresidente.
Acabar con el petróleo, un tiro en el pie
Uno de los argumentos fuertes utilizados por Germán Vargas Lleras para sustentar su columna está relacionado con el peso que tienen dentro de los recursos públicos los combustibles fósiles. “En Colombia, el peso de los hidrocarburos asciende al 5 % del PIB y a 40 % de nuestros ingresos externos. Por eso no podemos prescindir de la explotación de petróleo, gas y carbón de la noche a la mañana, como lo exige el presidente Petro”, detalla.
A renglón seguido, hace hincapié en las dificultades que acarrea abandonar un modelo de producción energética de la noche a la mañana, pues, este tipo de iniciativas toman bastante tiempo y recursos. “Tampoco podemos convertir todo el parque de generación térmica del país a energías renovables de un día para otro, y dudaría que incluso en el mediano plazo sea un objetivo por perseguir, dada la debilidad que introduciría a nuestro sistema de generación”, expuso Vargas Lleras.
La columna pone de presente las contradicciones del gobierno y el Ministerio de Minas, en el entendido de que, mientras discursa en favor de la producción de energías limpias hace poco o nada para que se empiecen a ejecutar una veintena de proyectos de este tipo que se encuentran paralizados desde hace al menos cuatro años.
Energías renovables, solo discurso
“El Gobierno debería estar concentrado en impulsar la construcción y puesta en marcha de todos los proyectos de energías renovables y de transmisión ubicados especialmente en el Caribe y el departamento de La Guajira. La realidad es que ninguno de los 19 proyectos adjudicados en la subasta de 2019 ha entrado en operación. La situación no puede ser más preocupante. Empresas tan reconocidas como Celsia (Parques Acacias y Camelias, 350 MW), EDP Renovables (parques Alpha y Beta, con 500 MW) y Enel (Windpeshi, 205 MW) han comunicado recientemente sus dificultades y la imposibilidad de construir los proyectos que ya tienen obligaciones de energía firme con el sistema para atender una demanda que crece a ritmos cercanos al 4 % anual”, cuestionó Germán Varga.
Vargas Lleras dejó claro que a pesar de las palabras tranquilizadoras de Irene Vélez en torno la posibilidad de un desabastecimiento de energía y, en consecuencia, un apagón como a principios de los años 90, los estudios técnicos dicen otra cosa. “El riesgo de desabastecimiento es real, y más aún cuando está confirmado, con una posibilidad de más del 80 %, que en el siguiente semestre tendremos que enfrentar nuevamente el llamado fenómeno de El Niño, con sequías fuertes y quizás prolongadas”, sostiene el jefe del partido Cambio Radical.
En ese sentido, explicó, siguiendo la opinión de estudiosos y expertos en el tema, que son varios los factores que pueden incidir en el desabastecimiento de energía. “Junto con el crecimiento de la demanda, la no entrada en operación de muchos proyectos renovables y también de infraestructuras de transmisión (GEB e ISA) indispensables para el funcionamiento del sistema, como aquellas de Colectora, Sogamoso, Norte, Virginia-Nueva Esperanza y refuerzo suroccidental”, comentó Vargas Lleras.
Por otro lado, pone de presente las demoras que se pueden presentar en las instituciones del Estado para la obtención de permisos para la ejecución de proyectos de esta índole por cuenta de la extremada ‘protección’ que desde esas entidades se le ofrecen a territorios y comunidades indígenas.
¿Y la oposición de las comunidades?
“Se ha vuelto imposible la obtención de una licencia en la Anla o en las corporaciones autónomas, en el Invías o en la Upme. Ni qué decir cuando interviene la dirección de Consulta Previa del Mininterior. La presencia de comunidades indígenas en las zonas de desarrollo de los proyectos y la forma como el propio Gobierno las ha animado a exigir, por no decir extorsionar, a los inversionistas ya se refleja en que, por ejemplo, en La Guajira es posible que no se pueda desarrollar un solo parque eólico en los próximos años”, se lee en uno de los apartes de la columna.
Finalmente, asegura que por cuenta del desmonte progresivo de los estímulos legales a la ejecución de obras encaminadas a la de generación de energías limpias, como el aumento de la sobretasa a la proyectos renovables contenidas en el articulado del Plan de Desarrollo recientemente aprobado por el Congreso o los constantes intentos de intervenir en el control de los precios de la energía, no habrá muchos inversores interesados en meter dinero en ese asunto.
“Por el camino que vamos no se va a construir ningún parque de generación en La Guajira, no conseguiremos contar con la infraestructura de generación, transmisión y distribución que el país necesita, no lograremos tampoco reducir las tarifas eléctricas y eventualmente volver a sufrir racionamientos o apagones que creímos superados. Esos son los peligros reales de las narrativas ideológicas y de costosos liderazgos mundiales construidos en contravía de los intereses nacionales. Colombia, potencia mundial de la energía verde, qué cuentazo”, concluye Vargas Lleras. Aquí puede leer la columna completa: https://bit.ly/41xQAi9