El rápido despliegue de los técnicos antiexplosivos permitió salvaguardar la seguridad de la población y mantener la movilidad en un corredor vial estratégico para el nororiente colombiano. La operación evitó un atentado de gran impacto cerca de una escuela y viviendas rurales.
Tropas del Ejército Nacional lograron neutralizar una acción criminal del grupo armado organizado Ejército de Liberación Nacional (ELN) en la vía que conecta Ocaña con Aguas Claras, en Norte de Santander.
Según fuentes militares, los uniformados hallaron cinco artefactos explosivos improvisados instalados a escasos metros de una escuela rural y varias viviendas, situación que ponía en inminente riesgo a estudiantes, docentes y familias de la zona.
La reacción inmediata de los técnicos en explosivos de la Segunda División permitió la destrucción controlada de los artefactos, evitando una tragedia que, de haberse concretado, habría causado daños materiales y pérdidas humanas significativas. “La prioridad es proteger la vida de la comunidad y garantizar la movilidad sobre este eje vial, esencial para la región”, señaló el Ejército a través de su cuenta oficial en X.
Este episodio se suma a una serie de acciones recientes en el Catatumbo, donde la confrontación entre el ELN, disidencias de las Farc y la Fuerza Pública ha generado desplazamientos forzados y una crisis humanitaria persistente. De acuerdo con varias plataformas de Derechos Humanos, solo en abril, un poco más de 200 personas han huido de zonas rurales de Ocaña para evitar quedar atrapadas en medio de los combates.
Las autoridades recalcan que el material explosivo incautado evidencia la intención del ELN de atacar tanto a la población civil como a la Fuerza Pública, en un contexto donde la seguridad sigue siendo frágil y la presencia de grupos armados ilegales afecta la vida diaria.
En ese sentido, indicaron que operaciones como la de Ocaña–Aguas Claras buscan no solo neutralizar amenazas inmediatas, sino debilitar las estructuras criminales que operan en la región.
Mientras tanto, líderes comunitarios y autoridades locales insisten en la necesidad de un cese de hostilidades que permita el retorno seguro de las familias desplazadas y la recuperación de la normalidad en las escuelas y veredas afectadas.