La Unión de Funcionarios de Carrera Diplomática y Consular de Colombia dejó ver su preocupación por lo que consideran es una decisión equivocada desde el punto de vista político que podría tener consecuencias negativas y también, desde el punto de vista técnico dada la nula experiencia del nuevo embajador en asuntos agrícolas y alimenticios.
En medio de la crisis provocada por los explosivas audios de Armando Benedetti maltratando a Laura Sarabia que reveló la Revista Semana, el suspendido canciller Álvaro Leyva, se refería al entonces saliente embajador en Venezuela en los siguientes términos: “[…] a Benedetti cómo se le puede creer, es que es increíble. Él mismo dice ‘yo soy un drogadicto’. Pónganse ustedes a pensar”.
Ayer 6 de febrero, en medio de una nueva polémica, no por sus violentas, vulgares y reveladoras expresiones, sino porque regresa nuevamente como funcionario del gobierno y en especial a la Cancillería; fue expedido el decreto que lo designa como embajador ante la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), con sede en Roma, Italia.
Repetirán el mismo error
Las reacciones no se hicieron esperar, pues, desde el mismo Gobierno se encargaron en el pasado de demostrar que la designación del exsenador barranquillero en ese cargo diplomático había sido un error, además, como lo dijo en uno de los audios enviados a la actual directora del Departamento de la Prosperidad Social (DPS): él lo que quería era ser canciller o ministro de Defensa.
Aunque hay opiniones de distintos sectores de los medios y la cosa pública, la más contundente, en el entendido de que proviene de una organización que conoce a profundidad el asunto, fue la de la Unión de Funcionarios de Carrera Diplomática y Consular de Colombia (Unidiplo).
De acuerdo con el boletín de prensa colgado en la cuenta en la red social X de la Unidiplo, son varios de los motivos por los cuales la designación de Benedetti en la misión colombiana ante la FAO es un craso error.
Uno de los varios cuestionamientos que se hace la organización sindical, tiene que ver con el pobre desempeño de Benedetti mientras fungió como embajador en el vecino país de Venezuela, incluso, lo único que se supo fue una suerte de complot para apoderarse de la burocracia en la empresa estatal Monómeros.
“[…] Benedetti no demostró contar con las capacidades suficientes para ejercer un cargo diplomático. Durante el ejercicio de sus funciones, el ciudadano presuntamente incurrió en faltas de índole administrativa y disciplinaria, siendo una de ellas la ausencia injustificada de la sede diplomática. UNIDIPLO considera que insistir en su designación genera un riesgo reputacional para Colombia a nivel internacional”, se lee en el documento.
Advierten además, que su nombre no figura inscrito en la Carrera Diplomática, tampoco ha superado las pruebas que para tales efectos realiza el Estado ni mucho menos aprobado el “proceso jerarquizado basado en el mérito y no ha tenido que demostrar un proceso de continua especialización en cargos diplomáticos y consulares”.
Benedetti no tiene experiencia en temas que trata la FAO
Yendo un poco más allá, el sindicato asegura que, por la naturaleza más bien técnica de las gestiones que se deben adelantar, las cuales están referidas a temas complejos y bastante sensibles para el país, y la más bien nula experiencia de Armando Benedetti en esos asuntos, no dan margen a la posibilidad de que haya resultados positivos, quedando en desventaja con otros países de la región que sí tienen en esas misiones funcionarios de carrera diplomática especializados en asuntos agrarios.
Finalmente, hacen una invitación a repensar la designación, haciendo una operación de los costos sobre los posibles beneficios que podría traer al país la gestión del nuevo embajador, igualmente, piden darle prioridad a la meritocracia pues, solo la tercera parte de las misiones en el exterior son lideradas por personas pertenecientes a la carrera diplomática.
“UNIDIPLO expresa su preocupación por el impacto que tendrá esta decisión en el presupuesto del Ministerio, teniendo en cuenta que en Roma ya operan dos Embajadas (ante Italia y la Santa Sede). La apertura de una tercera iría en contravía del Plan de Austeridad del Gasto de la Cancillería. Abrir una nueva misión diplomática le genera al Estado compromisos financieros importantes en materia de: gastos de funcionamiento, pago de salarios, gastos de representación, compra de vehículo oficial, alquiler y dotación de sede y de residencia del Embajador, entre otros”, puntualiza la nota de prensa.