Caos en TransMilenio por protesta indígena

La manifestación que completa cuatro días en el centro de Bogotá ha generado bloqueos en vías principales y afectaciones al sistema de transporte masivo. Miles de usuarios enfrentan retrasos y desvíos, mientras las tensiones aumentan ante la indiferencia del presidente Petro.

La mañana del jueves (3 de abril de 2025) comenzó con serias afectaciones a la movilidad en el centro de Bogotá, por cuenta de la protesta que protagonizan las comunidades indígenas asentadas en la Plaza de Bolívar.

Usuarios y medios de comunicación reportaron en redes sociales que desde las 5 de la mañana, miembros de la minga bloquearon la Carrera 10 con Calle 10, interrumpiendo el flujo vehicular y causando desvíos masivos en el sistema TransMilenio.

Desde la Secretaría de Movilidad informaron que, debido a esta alteración de orden público, las estaciones de San Victorino, Las Nieves y San Diego quedaron fuera de servicio, mientras que 27 rutas troncales están afectadas o con desplazamientos lentos.

Igualmente, denunciaron que los manifestantes causaron graves daños dos vehículos articulados pertenecientes a la flota del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP).

Las medidas de urgencias tomadas desde la gerencia de Transmilenio para evitar más daños a los vehículos están afectando la movilidad en los sectores aledaños. “Nos vimos obligados a desviar los buses por la Avenida Caracas para evitar enfrentamientos y garantizar la seguridad de los pasajeros”, declaró ante medios un vocero de la empresa.

Esta protesta que, según sus promotores, tiene como objetivo exigir atención del Gobierno Nacional a las demandas de organizaciones indígenas ‘no alineadas’, ha escalado en tensiones debido a la falta de acuerdos logísticos: se niegan a abandonar la Plaza de Bolívar hasta ser atendidas directamente por el presidente Gustavo Petro.

Finalmente, es importante indicar que los manifestantes, pertenecientes a comunidades como los Misak, Inga, Kamsá, Nasa y Guambiano, provienen de zonas donde grupos disidentes y guerrillas como el ELN mantienen enfrentamientos sostenidos por el control de las rutas y rentas del narcotráfico y la extorsión.