La líder opositora María Fernanda Cabal presentó queja disciplinaria ante la Procuraduría General de la Nación por conducta agresiva y posible violencia de género del ministro de Salud.
La indignación crece en Colombia luego de que se hiciera público un video en la red social X (antes Twitter), en el que el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, profiere un insulto humillante contra María del Carmen Rodríguez, directora de la Empresa Social del Estado (ESE) Solución Salud del departamento del Meta. El hecho, grabado durante una visita oficial del funcionario el pasado 24 de abril en Puerto Gaitán, fue difundido ampliamente en redes sociales, generando reacciones de repudio por parte de la opinión pública y del Congreso.
“Ojalá le tocara a usted y se enfermara aquí y no tuviera familia hijueputa y la mandaran para Villavicencio o para Bogotá. Entonces detrás su familia bregando a ver cómo hace usted”, dijo Jaramillo, visiblemente alterado, frente a varios funcionarios territoriales y personal médico del hospital. La escena fue registrada en video y es prueba irrefutable del trato denigrante del ministro hacia la directora del centro asistencial, una mujer funcionaria pública que no se encuentra bajo su jerarquía directa.
Comportamiento grosero y trato humillante
La precandidata presidencial del Centro Democrático María Fernanda Cabal reaccionó con contundencia e interpuso una queja disciplinaria ante el procurador general de la Nación, Gregorio Eljach Pacheco, por “comportamiento grosero, abuso de autoridad, trato humillante y violación de normas éticas en el ejercicio de sus funciones”.
“Jaramillo no puede andar violando principios éticos y faltando al respeto de los servidores públicos”, señaló la líder opositora, quien calificó el acto como un abuso de poder y una transgresión al respeto mínimo que debe imperar entre funcionarios públicos.
En la queja, la senadora argumenta que la conducta del ministro vulnera directamente el artículo 6 de la Constitución, que responsabiliza a los servidores públicos por omisión o extralimitación en el ejercicio de sus funciones. Asimismo, se apoya en la Ley 1952 de 2019, que regula el Código General Disciplinario y que prohíbe expresamente a los funcionarios proferir expresiones injuriosas, ejecutar actos de violencia y abusar de sus funciones.
“La directora de la ESE Solución Salud no está bajo la línea jerárquica del Ministerio, sino de las autoridades departamentales. El ministro no solo la irrespetó públicamente, sino que lo hizo con una expresión que puede ser interpretada como violencia de género”, agregó Cabal.




Larga lista de abusos y controversias del gobierno
“No es aceptable que el jefe de la política de salud del país trate de esa manera a una funcionaria y, peor aún, a una mujer en ejercicio de sus funciones. El silencio del gobierno también es cómplice de estas agresiones”, advirtió Cabal.
La aspirante presidencial pidió a la Procuraduría investigar los hechos y determinar si se configura una falta disciplinaria que amerite sanciones ejemplares, por el daño institucional, el mal ejemplo hacia otros funcionarios y la vulneración a la dignidad humana.
Este nuevo escándalo se suma a una larga lista de controversias protagonizadas por altos funcionarios del actual gabinete. En esta ocasión, la evidencia no es una suposición ni una interpretación: el insulto está grabado y es de conocimiento público, lo que deja al ministro Jaramillo sin excusas frente a su comportamiento.
Cabal ha sido enfática en señalar que no permitirá que este tipo de abusos se normalicen en la administración pública. “Esto no se puede tolerar, ni por razones políticas, ni por ideología. Aquí se trata de la dignidad humana, del respeto por las mujeres, y de la autoridad que debe ejercer sus funciones con decencia”, concluyó.
El país espera una respuesta firme de los órganos de control. La pelota está ahora en la cancha de la Procuraduría General de la Nación, que tendrá que decidir si sanciona a uno de los ministros más cuestionados del gabinete Petro, o si, por el contrario, permite que la grosería y el autoritarismo sigan haciendo carrera en el Estado colombiano.