Boletín de la Defensoría del Pueblo revela que la paz total está en grave crisis

En medio de las negociaciones de paz, persisten desafíos significativos, como el reclutamiento forzado de menores, especialmente en el Cauca, donde se han reportado más de 125 casos este año.

La Defensoría del Pueblo lanzó una alerta crucial tras la publicación de su tercer Boletín de Paz Total, en el que se destacan las serias dificultades que enfrenta el plan del gobierno para negociar la paz con grupos armados ilegales. A pesar de algunos logros, como la reciente liberación de rehenes por parte de la Segunda Marquetalia, el proceso de paz está marcado por numerosos desafíos.

Uno de los problemas más alarmantes es el reclutamiento forzado de menores por grupos armados, con el departamento del Cauca siendo un foco crítico. En lo que va del año, se han reportado más de 125 casos de menores reclutados en esta región, lo que plantea un obstáculo significativo para las negociaciones de paz.

El informe también señala que el Estado Mayor Central (EMC) de las FARC, ha incumplido sistemáticamente los ceses al fuego pactados, lo que ha llevado al gobierno a suspender temporalmente las treguas en varias áreas conflictivas del suroccidente del país. A pesar de los esfuerzos por establecer mesas de diálogo, los enfrentamientos entre disidencias y fuerzas de seguridad persisten, intensificando la tensión en regiones como Antioquia y Cauca.

Desconfianza de los colombianos

La Defensoría del Pueblo destacó, además, la creciente desconfianza en el proceso de negociaciones. Recientes escándalos, como el uso indebido de vehículos oficiales por parte de guerrilleros del EMC, han sembrado dudas sobre la transparencia del proceso. Aunque el gobierno ha reafirmado su compromiso con la paz, la falta de control sobre los acuerdos pone en riesgo los avances alcanzados hasta el momento.

A pesar de estos reveses, la Defensoría del Pueblo sostiene que el proceso de paz no debe detenerse. Sin embargo, hace un llamado a las autoridades para que prioricen la protección de los derechos humanos en las regiones más afectadas por la violencia y aseguren que los diálogos no se conviertan en simples treguas temporales que permitan a los grupos armados reorganizarse. La situación actual requiere atención urgente y un compromiso renovado hacia una paz duradera en el país.