Los Mártires, Santa Fe, Puente Aranda y La Candelaria, Antonio Nariño, Tunjuelito, Chapinero, Teusaquillo y Barrios Unidos, son las localidades que sufren por la violencia de los grupos armados ilegales.
Homicidios selectivos, amenazas de muerte, desapariciones forzadas y extorsiones cometidos por el Clan del Golfo y el Tren de Aragua, ha generado terror en los habitantes de importantes sectores de la ciudad de Bogotá.
“Las personas están siendo víctimas de métodos y medios que generan terror en la población civil, tales como panfletos, llamadas intimidantes, videos o correos electrónicos amenazantes”, denunció la Defensoría del Pueblo.
La alerta de la entidad indica que persiste la violencia en Los Mártires, Santa Fe, Puente Aranda y La Candelaria, pero, además, se ha desplegado a Antonio Nariño, Tunjuelito, Chapinero, Teusaquillo y Barrios Unidos.
“La expansión de la violencia en Bogotá, originada por disputas entre estos dos grupos criminales es la principal causa. Advertimos a las autoridades sobre el riesgo que aumenta para un número importante de habitantes de nueve localidades de la capital colombiana”, indicó el defensor del Pueblo, Carlos Camargo Assis.
Asimismo, se evidenció el control que ejercen los grupos criminales de redes de trata y explotación sexual, mendicidad ajena y trabajos forzados. Igualmente, se mantiene el riesgo por vinculación, uso y utilización de niñas, niños, adolescentes y jóvenes, principalmente para expendio de drogas y armas. Por todo esto, se dieron casos de desplazamientos forzados intraurbanos.
Población afectada
Los fenómenos de violencia, de acuerdo con la Defensoría, afecta a
alrededor de 954.000 personas, es decir, el 11.8 % de la población total de Bogotá.
“En esas zonas hay altos índices de población flotante, así como una densidad importante del territorio donde se llevan a cabo actividades relacionadas con el comercio y la industria”.
La entidad de derechos humanos hizo énfasis en que, si bien hay riesgo para todos los habitantes, existen condiciones críticas para la población socialmente estigmatizada, como recicladores y carreteros, personas dedicadas a actividades sexuales en contextos de prostitución, migrantes venezolanos y consumidores de sustancias psicoactivas, que la hace más susceptible a ser instrumentalizada por los grupos criminales en las localidades señaladas.
“La implementación de medidas efectivas de prevención, atención y protección, a cargo de las autoridades civiles y las fuerzas del orden del Distrito Capital, se hace necesaria en estos momentos para salvaguardar las distintas poblaciones que habitan en las localidades en riesgo”, urgió el defensor del Pueblo.
Las alianzas criminales
Las acciones criminales son cometidas por grupos con los que tienen alianzas tanto el Clan del Golfo y el Tren de Aragua.
El Tren de Aragua financia a Los Satanás la Oficina de San Andresito y Los Boyacos, entre otras estructuras locales, como Los Camilos, Los Costeños, Los Paisas y Los Pereiranos.
“Como en otras regiones, está permeado por el narcotráfico, por eso el llamado urgente es a que las variadas formas de violencia no avancen a otras zonas de la capital de los colombianos, pero también, a que sean contenidas y, en el mejor de los casos, anuladas”.