En una entrevista exclusiva para Caracol Radio, el líder la organización criminal más temida en el país, le salió al paso a una ley de sometimiento y dejación de armas como hicieron en el pasado las AUC. Actualmente su estructura tiene 10.000 hombres y hace presencia en el 75 % del territorio nacional.
El Clan del Golfo o Ejército Gaitanista de Colombia, como sus líderes y abogados asesores quieren que los medios de comunicación los llamen, son el grupo armado ilegal que con mucha agresividad ha venido copando los espacios que otras organizaciones similares han dejado por cuenta de los procesos de paz y desmovilizaciones masivas que han salido adelante con sus bemoles.
Jobanis de Jesús Ávila Villadiego o alias Chiquito Malo, es el actual líder de esa organización al margen de la ley y que ha sometido en algunas regiones del país al poder público. Este hombre, poco conocido por la opinión pública, asumió el control de la estructura criminal tras la captura y posterior extradición de Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel en el año 2021.
En el marco de su política de Paz Total, el presidente Gustavo Petro dio vía libre a mesa exploratorias con varias organizaciones criminales que vienen sembrando el terror en el país para hacerse con el control de las rutas y rentas criminales del narcotráfico y la extorsión, a fecha de hoy, algunas están congeladas por la poca voluntad de paz mostrada.
Este programa (Paz Total), aunque parezca loable, ha venido siendo utilizado por varios grupos al margen de la ley para fortalecerse militar, económica y políticamente, como viene sucediendo con el Ejército de Liberación Nacional y las Disidencias de las Farc. El pasado martes una caravana de vehículos de la Unidad Nacional de Protección (UNP) fue sorprendida por hombres del Ejército Nacional transportando a cabecillas de este último grupo terrorista con órdenes de captura vigentes, armas y más de $100 millones en efectivo.
Justamente, sobre los avances de las reuniones exploratorias con el Clan del Golfo estuvo conversando Chiquito Malo con la periodista de Caracol radio, Diana Saray Giraldo. El líder del grupo criminal aseguró estar a la espera de señales concretas del gobierno que le den la seguridad jurídica para seguir dando pasos en el sentido que quiere el Estado colombiano.
“Estamos esperando la respuesta del gobierno nacional en el sentido de hacer la petición a la Fiscalía para el levantamiento de las órdenes de captura de los miembros del Estado Mayor Conjunto, como una manera de construir confianza y poder iniciar los diálogos que permitan lograr acuerdos que algún día logren el regreso a la vida civil del estamento armado del EGC”, dijo Chiquito Malo.
A renglón seguido, dejó claro que las intenciones de su ‘ejército’ es que se redacte, apruebe y posteriormente, implemente un mecanismo de justicia transicional exclusivo para sus hombres.
“No existe ninguna posibilidad de que se acepte una ley de sometimiento en el pasado varias agrupaciones armadas como los AUC aceptaron la ley de sometimiento que no condujo a una paz estable y duradera”, comentó el máximo jefe del Clan del Golfo y expuso: “los procesos exitosos que se han dado en el Mundo indican que es necesario una justicia transicional que permitan la reparación de las víctimas del conflicto, la verdad y la reconciliación y la garantía de no repetición”.
Chiquito Malo fue enfático en su desinterés por acceder a un cargo de representación política sin haber vencido en el proceso electoral, como ha venido sucediendo con los exmiembros de las FARC, hoy Comunes, igualmente, que no utilizan el secuestro como mecanismo de financiación ni directamente el narcotráfico.
“El secuestro está prohibido expresamente en los estatus de Constitución y régimen disciplinario que acatamos y hacemos cumplir por todos nuestros combatientes”, aseveró Jobanis de Jesús Ávila y precisó “de ninguna manera somos un cartel de narcotráfico como se nos quiere presentar al país y al Mundo, cosa distinta es que se cobre el impuesto del gramaje y se controle las armas y las actuaciones de los narcotraficantes en los territorios que son de nuestra influencia y que tienen presencia de cultivos ilícitos o laboratorios”.
Finalmente, aclaró las dudas en torno al número de combatientes que están bajo su dirección y el espacio territorial en el que se encuentran disgregados. “Tenemos más de 10.000 hombres y mujeres en nuestro ejército y hacemos presencia en aproximadamente en el 75% del territorio nacional. Somos un movimiento campesino con presencia en todas las regiones del país y tenemos la simpatía de todos los sectores que conforman la sociedad colombiana”, concluyó.
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