A los frigoríficos se les olvida que la “plaga” del sector es el sacrificio clandestino

Asofricol continúa con su narrativa de culpar a las exportaciones de ganado en pie de los altos precios de la carne de res en el país. En ese propósito se han unido, incluso, con enemigos del sector ganadero para frenar este comercio que beneficia a miles de pequeños productores.

La Asociación de Frigoríficos de Colombia (Asofricol) está “buscando el ahogado río arriba”, como decían los abuelos. En un reciente comunicado de prensa continúa presentando ante la opinión pública a la exportación de ganado en pie como la principal razón del encarecimiento del precio de la carne de res.

En el escrito hacen afirmaciones imprecisas. Por ejemplo, sostienen que “el aumento de las exportaciones de ganado vivo, la reducción de las exportaciones de carne bovina, entre otros, que están haciendo cada vez más inviable la operación de los frigoríficos”.

De acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), las exportaciones de carne, despojos y animales vivos han sido menores que en 2022. Sobre todo, las de animales vivos que son las que Asofricol cuestiona, incluso, apoyando a reconocidos enemigos de los ganaderos colombianos.

En enero de 2022 fueron llevados al exterior 52.114 semovientes (USD 35 millones) mientras que en el mismo periodo de 2023 esa cifra cayó a 28.689 animales (USD 22,9 millones). En febrero, la disminución fue aún más grande: solo 4554 bovinos este año (USD 3,2 millones) frente a 40.602 toretes el año pasado.

Según el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), el país tiene un hato de 30 millones de bovinos (29’541.913) y bufalinos (485.983). El año pasado exportó 392.965 toretes a Egipto, Arabia Saudita, Jordania y Líbano. Ese volumen representa solo el 1,3 por ciento del total de cabezas de ganado que hay en el territorio nacional.

Narrativa falsa

A pesar de que hay múltiples factores que explican el incremento en el precio interno de la carne de res, Álvaro Urrea, presidente de Asofricol, solo menciona uno: la exportación de ganado en pie, muy conveniente a la narrativa que han construido para desprestigiar este comercio que es legal y beneficia a miles de pequeños ganaderos.

“La hipótesis de ellos [Asofricol] es que se ha exportado mucho en los últimos dos años y por eso se ha incrementado el precio del novillo y, en consecuencia, de la carne de res. Eso es carreta. Si bien hay incidencia de las exportaciones, no es la única variable que se puede determinar como la responsable de que el precio interno de la carne haya subido”, explicó Óscar Cubillos, director de la Oficina de Planeación y Estudios Económicos de Fedegán.

Si las exportaciones de animales vivos son mínimas en la actualidad, ¿por qué el precio sigue elevado? La Agencia Periodística de Noticias logró establecer que dentro del Consejo de la Carne Bovina, en donde participan diferentes eslabones, hay una comisión de precios que está estudiando el comportamiento del precio de la carne de res durante los últimos dos años.

En ese organismo, la industria figorífica reconoció que las exportaciones de ganado en pie no son el único factor que ha hecho que el precio de la carne suba. ¿Cuáles son las otras razones del incremento?

Todo ha subido: la carne de res, el pollo, el cerdo, la papa. El país viene de una situación inflacionaria que se explica porque Colombia está saliendo de la pandemia por la covid-19 y empezó una etapa de recuperación económica que tiene subida de precios; la crisis logística y de contenedores desajustó las cadenas de suministro y se generó escasez porque la oferta no se conectó con la demanda; aparte de esto, la guerra de Rusia con Ucrania generó una crisis de oferta de petróleo, fertilizantes y concentrado (ambos países producen maíz y trigo en grandes volúmenes).

Otros factores

“El tema no se puede suscribir a las exportaciones. El ingreso per cápita disminuyó por la pandemia y la inflación. Viene en caída desde 2013”, agregó Cubillos Pedraza.

Pero lo que más afecta a los frigoríficos -y de paso a los ganaderos- es la clandestinidad. Este flagelo terminó siendo la más beneficiada con el cierre de plantas de sacrificio que no cumplían los requisitos para funcionar.

Una buena parte de la carne que se consume en Colombia es sacrificada de manera ilegal. En 2013 fueron faenados 4’100.000 animales y el año pasado fueron 3’200.000 en números redondos. No es que se beneficie menos, es que la clandestinidad se ha fortalecido y en ese “mercado negro” caben los abigeos que ahora no solo sustraen los animales de las fincas, sino que los sacrifican en los predios, dejan los semovientes descuartizados y se llevan la carne para vender en famas y comercios que no cumplen con la cadena de frío.

Importaciones de carne son mínimas

Las condiciones de competencia de hoy en relación con la carne de res no son las mismas de hace 10 años. Hay un TLC con EE. UU. que permite la entrada de carne de res y aún así no llegan grandes cantidades de esta proteína al país.

“En Colombia se producen unas 850.000 toneladas de carne de res al año y se importan solo 12.000. En otros sectores como el porcicultor las comprar externas son más grandes: la producción de cerdo en el país es de 520.000 toneladas y las importaciones alcanzan 130.000 (cifras de 2022), eso equivale al 25 %. En pollo se trajeron del exterior 70.000 toneladas”, agregó Óscar Cubillos.

En el mundo, la carne de res es más costosa que el pollo y el cerdo. No es un asunto solo de Colombia. Si la carne en el país fuera muy costosa las importaciones serían inmensas. Sin embargo, las compras internacionales son mínimas, el 1,41 %.