La dimisión de Laura Sarabia: ¿grito de dignidad en medio del silencio institucional?

La renuncia de Laura Sarabia ha generado reacciones en el escenario político nacional. María Fernanda Cabal precandidata del partido Centro democrático, se refirió al caos que se vive permanentemente en el gabinete de Petro y las verdades que ocultan los funcionarios que salen.

Después del anuncio de la canciller Laura Sarabia dando a conocer mediante una carta pública que puso fin a su controvertido paso por el gabinete de Gustavo Petro, desnudó una dinámica interna llena de desencuentros, tensiones ideológicas y una visión profundamente dividida sobre los objetivos del proceso de paz y otras banderas del “gobierno del cambio”.

La precandidata presidencial María Fernanda Cabal fue una de las primeras voces públicas en reaccionar al hecho, calificando la salida de Sarabia como “un acto de traición a la ley y a la Constitución”.

En su trino, publicado en su cuenta X escribió: «Laura Sarabia renuncia a su cargo después del maltrato de Petro, el desprecio e insulto de Benedetti y la desautorización de Saade. ‘Cuidar al otro’ con el silencio como afirma Laura es exponer al país al ocultamiento de la verdad que todos merecemos conocer. El silencio no es cuidar a nadie, es traicionar la Constitución y la Ley».

Este mensaje, compartido miles de veces en redes sociales, refleja lo que muchos analistas han señalado en los últimos meses: una crisis de liderazgo y credibilidad en uno de los cargos más sensibles del gobierno.

Carta de renuncia: un testimonio de frustración y desencuentro

En su carta de renuncia, Laura Sarabia dejó en claro que su partida no era solo un alejamiento protocolario, sino un pronunciamiento ético frente a lo que demostró una falta de respeto tanto personal como institucional. Entre otras frases contundentes, escribió:

“No se trata de diferencias menores ni de quién tiene la razón. Se trata de un rumbo que con todo el afecto que le tengo, ya no me es posible ejecutar”.

Su crítica más dura fue hacia la figura del «cuidado al otro»: “Nos hemos conocido en las buenas y en las no tan buenas, y en ese recorrido fortalecimos una relación basada en la confianza la franqueza y una idea que usted me enseñó, que la lealtad es ante todo cuidar al otro”.

Sarabia señaló que este concepto, usado como justificación para mantener ciertos silencios o no denunciar abusos, termina convirtiéndose en una herramienta de opacidad.

¿En qué cuida Laura a Petro si la desautorizó en varias ocasiones?

Laura Sarabia no llegó al gobierno con un historial reconocido en diplomacia ni en procesos de paz. Su nombre saltó a la palestra pública principalmente por su labor como activista ambiental y su cercanía con movimientos juveniles ligados al Pacto Histórico. Sin embargo, su perfil público estuvo lleno de polémicas incluso antes de asumir el cargo.

Un caso emblemático fue en junio de 2023 cuando renunció a su cargo de jefe de Despacho Presidencial tras darse a conocer acusaciones de haber ordenado realizar una prueba de polígrafo a la niñera de su hijo, Marelbys Meza, tras la desaparición de alrededor de siete mil dólares de viáticos de viajes oficiales del gobierno que albergaba en su residencia utilizando recursos e infraestructura oficial del gobierno nacional.

Sin embargo, su gestión en el gobierno de Petro estuvo llena de desautorizaciones por todos los medios, por ejemplo, cuando Sarabia se desempeñó como ministra de Relaciones Exteriores, fue expuesta y casi que quedó en ridículo cuando el Ejecutivo en su cuenta X y delante de centenares de aprendices del SENA afirmó que él y solo él decidía el futuro de Colombia, refiriéndose a los tratados con China.

Esa, entre otras han sido las desautorizaciones de Petro contra Sarabia, sin dejar de mencionar la ocasión cuando Sarabia reconoció la victoria del presidente de Ecuador, Daniel Noboa, y Petro cuestionó los resultados electorales en redes sociales contradiciendo lo que su excanciller había definido.

Sarabia, pupila de Benedetti

Laura Camila Sarabia Torres nació el 20 de marzo de 1994 en Bogotá D. C., hija de Clara María Mendoza y de Octavio Sarabia, pensionado de la Fuerza Aérea de Colombia, alguien del común que luego de conseguir un puesto en el Partido de la U con Armando Benedetti, se convirtió en la mano derecha de quien sería posteriormente en distintas oportunidades su contradictor.   

La salida de Laura Sarabia no solo marca el final de una gestión cuestionada, sino que también sirve como espejo de las tensiones internas en el gobierno de Petro. Las palabras de la líder opositora María Fernanda Cabal dan cuenta de una percepción generalizada que detrás del discurso de unidad y reconciliación, persisten prácticas de control, censura y centralización del poder.

Mientras el gobierno busca ahora un nuevo rostro para representar la Cancillería, la historia de Sarabia queda como un capítulo incómodo en la narrativa oficial. Pero también como un recordatorio: que, en política, la dignidad y la coherencia pueden ser tan escasas como necesarias.