Francia Márquez reconoció el fracaso de la paz total de Petro

La vicepresidenta Francia Márquez aseguró que la promesa de seguridad y bienestar para el país no pudo cumplirse, especialmente en su región natal, el Pacífico.

Ayer, durante el controvertido consejo de ministros en la Casa de Nariño, la vicepresidenta Francia Márquez expresó su preocupación por los resultados de la política de paz total del gobierno de Gustavo Petro, admitiendo que el proyecto que había sido concebido como una esperanza para el país se desbordó y no cumplió las expectativas de seguridad y bienestar que prometía.

Uno de los puntos a los que se refirió la vicepresidenta fue el contexto de inseguridad en el Pacífico, su región natal, donde ha vivido la angustia de ser víctima de tres atentados en lo que va del gobierno.

En su intervención, relató cómo su propia familia le informó que «les caían los casquillos de los disparos», lo que reflejaba una creciente sensación de vulnerabilidad en una zona de alta violencia. «A mí me duele que mi gente me diga que estaba mejor antes de que yo llegara a ser parte del gobierno que ahora», comentó.

Fue aquí cuando lanzó una dura crítica a la política de paz total: «¿Dónde está la política de la paz total?», cuestionó, resaltando que la paz parece lejana y esquiva para las comunidades más afectadas por el conflicto armado.

Inconforme

En su intervención, Márquez también expresó sus preocupaciones acerca de las dinámicas internas del gobierno, mencionando que no se oponía a un diálogo inclusivo con todos los sectores, pero alertó sobre la llegada de actores que, a su juicio, usaban «chantajes para socavar un sueño».

Además, reveló que no ha sido ajena a los comentarios que sugieren que ha sido «relegada» dentro del gobierno. «La gente tiene razón», expresó, reconociendo que pensó que su rol en el Ejecutivo sería el de una aliada cercana de Petro. «Yo no soy su enemiga. Vengo aquí a acompañarlo y ayudar a construir un proyecto de nación», aseguró.

En ese contexto, Francia Márquez no dejó de mencionar que había dejado una carta de renuncia sobre el escritorio del presidente Petro, esperando que este la firmara «cuando lo considere». A pesar de las tensiones internas, ella reiteró su compromiso con el sueño de cambio que inicialmente la unió al mandatario, pero dejó claro que la situación actual la tenía «relegada».

La intervención de la vicepresidenta dejó al descubierto la creciente tensión en el seno del gobierno colombiano, donde las promesas de paz y cambio se enfrentan a la dura realidad de la violencia persistente y la falta de avances tangibles en las zonas más golpeadas por el conflicto armado.

Márquez no solo cuestionó la efectividad de la paz total, sino que también mostró la frustración de quienes esperaban un gobierno que, en su visión, parece haber perdido el rumbo.