A pesar de las estrategias responsables que presentan muchas industrias, grupos de izquierda han aprovechado la COP16 para criticar su impacto en la naturaleza. Ganaderos argumentaron con cifras que su actividad sí es sostenible.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP16) se convirtió en un espacio usado por fanáticos activistas para atacar a los sectores productivos que le aportan a la economía de Colombia conciliando crecimiento y sostenibilidad.
Mientras en la COP16 muchos gremios y empresas exponen sus estrategias de desarrollo responsable, ciertos grupos de izquierda han utilizado la plataforma para señalar de forma negativa a estos actores, alegando que sus prácticas no responden a los objetivos de preservación de la naturaleza.
Esta postura ha generado un debate sobre la manera en que se abordan las contribuciones del sector productivo en la COP16. Muchos sectores comprometidos con la sostenibilidad argumentan que la transición hacia prácticas responsables y sostenibles exige tiempo, colaboración y una visión balanceada entre economía y ecología. Los representantes gremiales destacan que varias industrias han integrado políticas de protección ambiental y sostenibilidad en sus modelos de negocio, demostrando su compromiso con la biodiversidad y el desarrollo a largo plazo.
La ganadería sí es sostenible
Uno de los sectores en el centro de esta controversia es el ganadero, que ha recibido críticas de ciertos activistas que cuestionan su papel en la crisis climática, pese a los esfuerzos de esta industria por adoptar prácticas sostenibles.
De acuerdo con José Félix Lafaurie Rivera, presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), desde 2005, el programa Ganadería Colombiana Sostenible, liderado por esa entidad y en colaboración con organizaciones como el Fondo para el Medio Ambiente Global (GEF) y el Banco Mundial, ha impulsado la sostenibilidad en la ganadería en Colombia. En 4.100 fincas de 12 departamentos, se han sembrado 3,8 millones de árboles en 160.000 hectáreas, contribuyendo a la captura de 1,5 millones de toneladas de carbono en diez años, con una meta de alcanzar 4,9 millones de toneladas para 2030. Además, el país también cuenta con 1,2 millones de hectáreas en sistemas silvopastoriles y es un modelo de mitigación de emisiones en la región, logrando reducir la intensidad de emisiones de CO₂ por cada kilo producido en ganaderías sostenibles.
Estos enfoques, argumentó el representante de los ganaderos, buscan no solo mitigar el impacto ambiental, sino también proteger la biodiversidad y apoyar el desarrollo rural.
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