Washington anuncia aranceles a Colombia, mientras sector productivo pide salvar el canal diplomático

Tras el anuncio de sanciones comerciales a Colombia, el presidente de la Asociación Nacional de Empresarios (Andi), advirtió que cualquier restricción al comercio bilateral afectará directamente la economía real y el empleo formal.

La Casa Blanca volvió a colocar a Colombia en el centro de su agenda exterior. El presidente Donald J. Trump ordenó la aplicación de nuevos aranceles comerciales, según confirmó el senador republicano Lindsey Graham, uno de sus aliados más cercanos.

El legislador aseguró haber conversado con el mandatario sobre “su compromiso de perseguir a los países que apoyan el narcotráfico contra nuestra gran nación”. En el mensaje publicado en su cuenta oficial de X, Graham afirmó que Trump “va a golpear a Colombia donde más le duele: en el bolsillo”, e insinuó que el anuncio formal se produciría “hoy o mañana”. Luego añadió: “El presidente no juega juegos cuando se trata de proteger a los Estados Unidos de América”.

Esta declaración resonó como una advertencia directa hacia Bogotá y, de inmediato, generó preocupación entre los gremios económicos. Desde la Asociación Nacional de Empresarios (Andi), su presidente Bruce Mac Master respondió que “atacar económicamente al país no parece una decisión estratégica correcta”, y recordó los esfuerzos sostenidos de Colombia en la lucha contra el narcotráfico.

Mac Master advirtió que una restricción comercial “solo afectaría la economía real, el empleo y la clase trabajadora”, por lo que instó a ambos gobiernos a restablecer el diálogo diplomático. En su mensaje, subrayó la necesidad de preservar una relación bilateral construida durante más de dos siglos de cooperación y confianza mutua.

El comercio entre Colombia y Estados Unidos supera los 14.000 millones de dólares anuales, con sectores clave como flores, café, confecciones y petróleo. Una medida arancelaria de gran escala podría comprometer miles de empleos y alterar el equilibrio económico de la región.

Mientras Washington endurece su discurso, en Bogotá predomina un tono de cautela. Analistas consideran que la decisión de Trump podría marcar el inicio de una etapa de tensión diplomática, aunque también abrir un margen de negociación si ambos gobiernos optan por mantener la alianza estratégica que ha definido su relación durante más de dos siglos.