El expresidente rompió su silencio haciendo varias aclaraciones a las afirmaciones del actual jefe de Estado en el cumplimiento de un fallo que ordenaba pedir perdón a las víctimas de ejecuciones extrajudiciales, también cuestionó la laxitud para con las protestas indígenas.
En el marco del cumplimiento de un fallo que ordenaba al Gobierno Nacional a llevar a cabo un acto de desagravio en favor de las madres de víctimas de los mal llamados ‘Falsos Positivos’, el presidente, Gustavo Petro, enfiló baterías en contra de Álvaro Uribe, sin hacer referencia directa a este.
Las palabras de Petro arrancaron haciendo referencia a los miles de muertos que dejó, según él, la persecución contra el movimiento sindical en un tiempo no muy lejano y lo comparó con los asesinatos ocurridos en medio de las revueltas populares de principios del siglo pasado.
Ataque velado a Uribe
“Se trata, entonces, de que esta sociedad no repita la historia, incluso, ante una urna, seleccionando la barbarie. […] Los números están aquí. Los han repetido varias de las personas que han pasado por este atril. Sí. Son 3295 sindicalistas, hombres y mujeres asesinados. Es como las viejas masacres de obreros a principios del siglo XX, no hay mucha diferencia. Aquellos estaban concentrados, aquí fue por separado”, dijo Petro.
Siendo un poco más incisivo, el mandatario sugirió que estas actividades criminales eran coordinadas desde instituciones del Estado que se encargaban de esconder a los responsables y facilitarles el trabajo sucio.
“Me van a decir, no, los presidentes no eran lo que mataban. Bueno, o se silenciaban y permitían que los dueños de la codicia mataran a los obreros y a las obreras. Eso es lo que pasaba en Colombia. Por omisión permitían el asesinato, ordenaban que el retén militar dejara pasar a los asesinos ¿o no era así?”, afirmó el jefe de Estado.
Después de hablar incluso del proceso que se le sigue a su hijo, Petro hizo referencia concreta a la Uribe y su propuesta de seguridad democrática, a la cual responsabilizó directamente de las muertes de miles de jóvenes, antes de cumplir con lo ordenado por un fallo del Tribunal Administrativo de Norte de Santander.
“En Colombia se elegía al que más mataba, y por eso esa fila de jovencitos (asesinados) se fue volviendo interminable, y por eso es interminable la fila y el dolor y la rabia de las madres (…) Como presidente de la República de Colombia, de este que es un gobierno popular, me permito pedirles perdón, madres”, le expresó el presidente a las familias de los jóvenes asesinados.
Más adelante, Petro insistió en las acciones emprendidas por el Estado en favor de quienes ordenaron y ejecutaron las actividades tendientes a dar de baja jóvenes para luego hacerlos pasar como guerrilleros muertos en combate.
“Es el momento de encontrar un espacio de reflexión, que pase en primer lugar porque se sepa la verdad, porque no haya quien oculte. El que oculta no tiene uniforme, tiene otro tipo de poder: cambiar las frases, no decir, no ponerle el micrófono a la madre para que hable, sino al asesino, transformar al asesino en héroe. El que oculta es tan cómplice como el que dispara. Lo primero que tenemos que lograr es que aparezca la verdad”, apremió el mandatario.
Uribe pone los puntos sobre las íes
Estas palabras provocaron la reacción de Álvaro Uribe Vélez, quien se encontraba de correría en Villavicencio. El expresidente salió al paso a todas las insinuaciones de Petro, aclarando que mientras estuvo al frente del Estado colombiano, por cuenta del aumento en la inversión para la seguridad de los dirigentes sindicales, las cifras de asesinatos fueron decreciendo a medida que aumentaba el número de sicarios encarcelados.
“Cuando asumí la Presidencia, asesinaron 200 sindicalistas, entre trabajadores sindicalizados de empresas y maestros sindicalizados, el último año fueron 14. Cuando empezamos había un solo asesino, cuando terminamos había 200 presos”, precisó el expresidente.
Uribe también reconoció que aún le afecta sobremanera la situación que viven las familias de las víctimas y negó que desde su oficina se haya dado la orden de implementar pagos para asesinar jóvenes inocentes.
“Todos los colombianos tenemos dolores, cómo vamos a negar o a confrontar el dolor de una mamá a quien le mataron un hijo, o lo asesinó un militar violando su deber, o la guerrilla o lo paramilitares, o la delincuencia común. […] Petro, como algunos de mis críticos o muchos, dice que nuestro Gobierno pagaba por matar personas inocentes. No es cierto. No hay un solo pago por matar personas inocentes”, anotó el líder del Partido Centro Democrático.
Sobre este punto en concreto, el exmandatario fue enfático en que hay muchos actores de distinta índole que aprovechan sus espacios para desfogar sus desencuentros con él, muchas veces exagerando, rayando en la calumnia y quitándole méritos a las batallas exitosas o fallidas que ha dado a lo largo de su vida pública.
“Quienes desde la academia y desde la política, algunos de ellos convertidos en un partido político como el padre de Roux y los integrantes de la Comisión de la Verdad JEP, dicen que yo debería asumir responsabilidades, qué poco me conocen. Ignorarán cuando asumí la responsabilidad del bombardeo a Ecuador o aquel doloroso momento cuando asumí la responsabilidad del fracaso del operativo de rescate de unos secuestrados donde murieron el exgobernador de Antioquia Guillermo Gaviria, el exministro de Defensa Gilberto Echeverry y nueve integrantes de las Fuerzas Armadas de Colombia. Cada que tuve que asumir responsabilidades lo hice”, precisó Uribe Vélez.
Finalmente, pagando con la misma moneda, le echó pullas a Petro por la forma más bien laxa como ha manejado en lo que va de su gobierno las manifestaciones abiertamente violatorias de derechos fundamentales, protagonizadas por las comunidades indígenas que siempre lo respaldan y salen a defenderlo en distintas regiones del país.
«Lo que pasó en la revista Semana es muy grave, porque entró a delinquir en un medio de comunicación… Y esa Guardia Indígena estaba en Bogotá llevada por el Gobierno, lo que significa que esa guardia procedió como un paramilitarismo invitado por el Gobierno. Eso no se puede permitir. Es gravísimo”, puntualizó el expresidente.