Incertidumbre y zozobra rondan a los líderes sociales del país. En los primeros cuatro meses del año han sido asesinados 51 personas en diversas regiones del país, los últimos cuatro hechos se registraron en tan solo tres días. El Gobierno Nacional sigue guardando silencio.
Aunque parezca increíble, en un mismo día fueron asesinados tres líderes sociales en Colombia. Los trágicos hechos ocurrieron el pasado viernes 19 de abril en Tuluá, Valle del Cauca, y Miraflores, Guaviare.
Carlos Arturo Londoño, concejal en ejercicio y líder político de la región, fue atacado por sicarios cuando salía del coliseo de ferias de Tuluá, donde se cumplía un evento con autoridades locales. A pesar de los esfuerzos del equipo médico, falleció por la gravedad de las heridas.
Entre tanto, Clarivet Ocampo, reconocida lideresa, madre comunitaria y actual coordinadora del área de discapacidad de la Alcaldía de Tuluá también fue asesinada en las mismas circunstancias que el señor Londoño.
Zayra Enciso Gómez, era una destacada lideresa del sector deportivo y juvenil, hacía parte del grupo de voceros de la inspección Lagos del Dorado en Miraflores, Guaviare. Fue asesinada en este mismo sector al parecer por un grupo armado que hace presencia en la zona. Tenía 22 años.
A esta racha de asesinatos, se suma tan solo dos días después, el homicidio de Narciso Beleño en Santa Rosa del Sur, Bolívar.
Era líder campesino, actualmente se desempeñaba como presidente de la Federación Agrominera del Sur de Bolívar -Fedeagromisbol-. Fue atacado por hombres armados cuando ingresaba a su vivienda. Beleño se convirtió en la víctima No. 51 en el país.
Según datos proporcionados por el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), la cifra de líderes sociales asesinados en Colombia ha alcanzado un alarmante número de 51 hasta la fecha.
En el mes de abril, los hechos se han registrado en Caldas, Arauca, Norte de Santander, Valle del Cauca y Guaviare.
Alertas
Lo paradójico de estos casos es que, en estas zonas, la Defensoría del Pueblo ya había emitido alertas tempranas para advertir a los líderes, lideresas y defensores de los derechos humanos sobre el riesgo al que se enfrentan quienes se dedican a la defensa de los derechos humanos y al liderazgo social.
Sin embargo, las víctimas solo se convierten en otro número en las estadísticas, y el gobierno de Gustavo Petro no se ha pronunciado al respecto. Mientras tanto, en las regiones se sigue esperando que se cumplan las promesas de campaña. La «paz total», que fue un emblema de su campaña electoral, ahora parece ser solo un recuerdo.
