La senadora señaló la responsabilidad del presidente Petro en el caso y criticó la gestión del gobierno, destacando la contradicción entre su discurso y los hechos. La crisis política continúa escalando, con la oposición exigiendo investigaciones a fondo sobre los vínculos del gobierno en presuntos actos de corrupción.
La irrevocable renuncia del ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, ha desatado una tormenta política en Colombia. Su salida, vinculada al escándalo de corrupción en la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), generó duras críticas de la oposición, liderada por la senadora María Fernanda Cabal, quien lanzó contundentes señalamientos contra el gobierno del presidente Gustavo Petro.
Cabal, reconocida por su fuerte postura crítica hacia la administración actual, utilizó su cuenta de Twitter para denunciar lo que calificó como un patrón de corrupción sistemática en el gobierno de Petro.
“Esta es la aceptación explícita que confirma que Petro sabía todo lo que hacía su Ministro de Hacienda Ricardo Bonilla. Si la ‘política colombiana es inconstitucional y delictiva’, ¿por qué permitió lo que pasó en la UNGRD y ahora en el Ministerio de Hacienda? Aquí la defensa de Petro es precaria. Es decir que porque otros ‘cometen delito’ ellos también lo pueden hacer”, expresó la congresista en un trino.
https://twitter.com/MariaFdaCabal/status/1864683451938373866
El trasfondo del escándalo
La renuncia de Bonilla llega tras el testimonio de María Alejandra Benavides, exasesora de la UNGRD, quien declaró ante la Fiscalía que Bonilla aprobó decisiones relacionadas con contratos direccionados para favorecer a congresistas aliados del gobierno.
Las declaraciones de Benavides no solo comprometen a Bonilla, sino que también apuntan hacia un posible entramado de corrupción en el que estarían implicados altos funcionarios y familiares del presidente Petro.
En un giro inesperado antes de su renuncia, Bonilla presentó una denuncia que involucra a Ricardo Roa, presidente de Ecopetrol, y a Nicolás Alcocer Petro, hijastro del presidente, en presuntos intereses indebidos con contratistas de la hidroeléctrica Urrá. Estos señalamientos han complicado aún más el panorama para la administración de Petro, que enfrenta una creciente presión pública y política.
La respuesta de María Fernanda Cabal
La dirigente política, quien ha sido una voz constante de oposición, no tardó en criticar la respuesta del presidente Petro y el manejo de la situación.
“Creo que Petro se demoró en sacar a Ricardo Bonilla. Es evidente que el ‘cambio’ de Petro es una cueva de ladrones”, afirmó la senadora, enfatizando que los recientes acontecimientos son una prueba de que el discurso del gobierno de «cambio» carece de legitimidad y transparencia.
https://twitter.com/RNacional_News/status/1864469411546956236
La congresista también cuestionó la coherencia del presidente en temas económicos y ambientales. “Todo es fiesta. En el entretanto, ‘no le gusta el gas, el carbón ni el petróleo’. Caramba, la vida de estos depredadores de los colombianos que merecen un gobierno que les permita un mejor vivir, y no el exilio”, añadió en otro trino, señalando el impacto negativo que, según ella, tienen las políticas del gobierno sobre los ciudadanos.
https://twitter.com/MariaFdaCabal/status/1864636199127625796
¿Qué sigue para el gobierno Petro?
La renuncia de Bonilla deja al gobierno Petro en una posición vulnerable, especialmente tras las crecientes acusaciones de corrupción que involucran a figuras cercanas al presidente. Aunque el exministro insistió en su carta de renuncia que no cometió actos ilícitos, su salida representa un golpe significativo a la credibilidad del gobierno.
Por su parte, Cabal ha intensificado su llamado a la transparencia y rendición de cuentas, utilizando esta crisis para reforzar su posición como líder de la oposición. La senadora ha pedido investigaciones exhaustivas y ha cuestionado la capacidad de Petro para manejar los crecientes escándalos que afectan su administración.
El panorama político colombiano sigue marcado por tensiones y acusaciones cruzadas. La salida de Bonilla podría ser solo la punta del iceberg en un caso de corrupción que amenaza con llegar a las más altas esferas del poder.
Con investigaciones en curso y una creciente presión pública, el desenlace de este escándalo podría tener implicaciones profundas para el futuro del gobierno Petro y el panorama político del país.