Un Frente Nacional que no fue: la propuesta de Petro para Venezuela se quedó sin respaldo

A través de un extenso mensaje en su cuenta en X, aseguró que el clima político se deterioró por sanciones, exclusiones y presiones militares en el Caribe. Además, advirtió que una intervención o un colapso abrupto podría ampliar economías ilícitas y profundizar la inestabilidad regional.

El presidente Gustavo Petro explicó que su propuesta de transición política para Venezuela, basada en un modelo de gobierno compartido similar al Frente Nacional colombiano, no prosperó debido a la falta de respaldo suficiente entre los actores internacionales y locales convocados a las conversaciones previas a las elecciones. El mandatario aseguró que la iniciativa buscaba crear un camino político verificable en medio de un escenario marcado por tensiones militares en el Caribe y una creciente fractura diplomática.

Petro relató que su intervención se desarrolló tras una serie de encuentros discretos en Bogotá con delegados de Estados Unidos, Europa, el gobierno venezolano y representantes de la oposición. “En esas reuniones procuramos establecer un mínimo de confianza entre partes enfrentadas. La intención era explorar una salida política que redujera riesgos inmediatos, pero la distancia entre posiciones resultó mayor de lo previsto, incluso para un acuerdo elemental de distensión”, afirmó.

Posteriormente, sostuvo que el contexto electoral venezolano presentaba obstáculos estructurales que impedían garantías suficientes. “En las conversaciones fue evidente que persistían condiciones que afectaban la transparencia del proceso: restricciones a candidaturas, medidas de presión externa y barreras institucionales que limitaban un escenario competitivo. Señalé que, bajo esas circunstancias, el resultado difícilmente podría ser reconocido como plenamente libre”, explicó.

En respuesta a esas dificultades, propuso un esquema de transición temporal inspirado en la experiencia colombiana de mediados del siglo XX. “El planteamiento consistía en un gobierno compartido por un periodo definido, lo que permitiría estabilizar instituciones, disminuir tensiones y convocar luego a unas elecciones con verificadores internacionales. Era una fórmula excepcional ante una crisis que, de otro modo, tiende a enquistarse por décadas”, indicó.

Sin embargo, la propuesta no alcanzó consenso. Petro aseguró que las diferencias estratégicas entre gobiernos, así como divergencias internas en la oposición y en el propio oficialismo, impidieron avanzar. “Algunos actores consideraron viable la transición, pero otros rechazaron cualquier mecanismo que implicara compartir el poder. Esa combinación de recelos, prioridades externas y tácticas contrapuestas impidió consolidar una hoja de ruta mínima que permitiera continuar las conversaciones”, señaló.

Finalmente, advirtió sobre los riesgos regionales que podría acarrear una intervención militar o un colapso súbito de las instituciones venezolanas, especialmente en una frontera donde operan economías ilegales en expansión. “Un vacío de poder abrupto generaría disputas territoriales inmediatas, favorecería el avance de grupos armados y ampliaría redes criminales. El impacto no sería únicamente venezolano: la inestabilidad podría extenderse a zonas fronterizas de Colombia con efectos humanitarios y de seguridad”, dijo.

Petro concluyó que cualquier transición sostenible deberá surgir del propio sistema político venezolano y requerirá mecanismos que reconozcan la pluralidad real del país. Insistió en que una salida basada en exclusiones o imposiciones solo prolongaría la crisis y reduciría las posibilidades de una negociación estable.