“Un día muy emotivo en Bogotá”: memoria, política y ladrillo rojo en la mirada de Christopher Landau

A través de su cuenta en X, el vicesecretario de Estado de EE. UU., compartió una serie de reflexiones tras su visita a Bogotá, donde rindió homenaje a sus abuelos enterrados en la ciudad y asistió al funeral del senador Miguel Uribe Turbay. En sus mensajes, mezcló historia familiar, observaciones culturales y un llamado ético sobre la fragilidad de la vida.

El paso de Christopher Landau por Bogotá no fue solo el de un diplomático en misión protocolaria. El actual vicesecretario de Estado de Estados Unidos compartió en redes sociales una serie de mensajes cargados de emotividad, memoria familiar y observaciones personales sobre la ciudad y el país que acogió a su padre como refugiado en 1938.

“Por primera vez en mi vida visité las tumbas de mis abuelos en Bogotá. Como no tengo familia aquí, me temo que nadie las ha visitado en años, pero estaban bien conservadas. Dejé piedritas de nuestro patio trasero sobre sus lápidas. Llevé esas piedritas en los bolsillos de mi traje cuando asistí al funeral del senador colombiano asesinado Miguel Uribe Turbay esta mañana”, escribió el alto funcionario estadounidense.

Uribe Turbay falleció el 11 de agosto, tras permanecer en cuidados intensivos desde el atentado que sufrió el pasado 7 de junio. Durante la misa fúnebre, celebrada en la Catedral Primada, Landau representó a su país, pero también llevó consigo lo que llamó “el peso de la mortalidad y nuestra humanidad común”.

“Su madre fue asesinada cuando él tenía tan solo cuatro años, y ahora él también ha sido asesinado cuando su propio hijo tiene cuatro. Su padre ha tenido que enterrar a su esposa y ahora a su hijo”, relató, detallando el hilo triste de la vida de Miguel Uribe Londoño.

En uno de los mensajes más comentados por los internautas, Landau planteó una reflexión sobre el lenguaje y el duelo, poniendo de presente su lado más humano y sensible.  

“Tenemos palabras para quienes sobreviven a sus cónyuges (viuda/viudo), pero no conozco ninguna para quienes sobreviven a sus hijos. Incluso el español, que tiene palabras muy específicas para diferentes tipos de pérdida, no tiene una palabra para esto. ¿La tiene algún idioma? Quizás sea demasiado doloroso”.

En otro mensaje, el funcionario estadounidense ofreció una impresión urbana poco común en el discurso diplomático, destacando su uniformidad arquitectónica. “Bogotá me transmite una vibra muy diferente a la de otras ciudades latinoamericanas, y creo que en parte se debe a los omnipresentes edificios de ladrillo rojo. No se me ocurre otra ciudad de la región donde definan el paisaje urbano de forma similar. ¿Alguien sabe cómo surgió esto?”, comentó.

Landau concluyó su jornada describiéndola como profundamente emotiva. Una síntesis de memoria familiar, duelo político y la mirada externa —pero entrañablemente conectada— de un hombre que, a pesar de haber nacido lejos, encontró en Bogotá, si se quiere, una parte de su historia.