Trump acusa a la ONU de ineficaz y exige frenar desarrollo de armas nucleares

Ante la Asamblea General de la ONU, afirmó que Naciones Unidas se limita a expedir “cartas enérgicas” sin impacto y no ha estado a la altura de su misión. Además, pidió detener de manera definitiva la producción de armas biológicas y nucleares, advirtiendo que su uso pondría en riesgo la supervivencia de la humanidad.

En la Asamblea General de Naciones Unidas, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, advirtió sobre el riesgo que representan las armas biológicas y nucleares para la supervivencia de la humanidad. A su juicio, ningún escenario de conflicto justificaría el uso de esos arsenales, que podrían desencadenar un desastre irreversible.

“Mientras buscamos reducir la amenaza de las armas peligrosas hoy, también hago un llamado a todas las naciones para que se unan a nosotros para poner fin al desarrollo de armas biológicas de una vez por todas”, afirmó el mandatario, en lo que definió como una prioridad global.

Acto seguido, extendió su exhortación al terreno nuclear: “veo armas tan poderosas… simplemente no podemos usarlas jamás. Si alguna vez las usamos, el mundo literalmente podría llegar a su fin. No habría Naciones Unidas de la que hablar. No habría nada”.

El mensaje se inscribe en una línea discursiva que mezcla escepticismo hacia el multilateralismo con un tono de advertencia global. Aunque Trump insistió en que la ONU ha mostrado ineficacia al resolver conflictos prolongados en regiones como el Cáucaso, Oriente Medio o África, subrayó que el verdadero desafío está en evitar que las potencias acumulen y perfeccionen arsenales capaces de aniquilar la vida humana.

Al recordar su papel en negociaciones con líderes de países en guerra, Trump contrastó su diplomacia directa con la parálisis de la ONU, a la que acusó de limitarse a enviar “cartas enérgicas” sin efecto real. Sin embargo, la parte más solemne de su intervención fue la advertencia sobre el futuro: “son armas que, si se activan, no dejan lugar para segundas oportunidades”.

La combinación de crítica institucional y llamado al desarme dibuja la visión de Trump: un liderazgo estadounidense fuerte frente a la debilidad del multilateralismo, pero consciente de que la seguridad global requiere un esfuerzo conjunto.

En Nueva York, su discurso fue recibido como una alerta tanto política como existencial, que pone a las armas de destrucción masiva en el centro del debate mundial.