Una comisión de la Defensoría del Pueblo y la Iglesia Católica sirvió de mediadora para que se produjera la liberación del ganadero de 86 años. Los familiares aseguran que se encuentra bien de salud y agradecieron el respaldo que recibieron de la sociedad en general durante el tiempo duró el cautiverio.
En zona rural del municipio de Ocaña, Norte de Santander, fue liberado el empresario del campo y ganadero, Heriberto Urbina, quien fue secuestrado por hombres fuertemente armados el pasado 25 de abril mientras tanqueaba su vehículo en una estación de gasolina en Curumaní, Cesar.
Durante 42 días familiares del Urbina, voceros y agremiados de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), políticos y empresarios de la región Caribe solicitaron a sus entonces desconocidos captores respetar su vida y regresarlo sano y salvo al seno de su hogar.
De acuerdo con información suministrada por uno de sus hijos, el ganadero estaba en manos de uno de los bloques del Ejército de Liberación Nacional (ELN) que opera en la zona. La liberación de Heriberto Urbina fue facilitada por una comisión de la Defensoría del Pueblo y la Iglesia Católica, entidades que desde el primer día han estado al frente de la situación.
“Saludamos con complacencia el regreso a la libertad del señor Urbina y el hecho de que pueda retornar al seno de su hogar, sano y salvo, luego de que fuera entregado a la misión humanitaria en la región del Catatumbo”, aseguró el defensor del Pueblo, Carlos Camargo Assis.
Duros momentos
Aunque vivió duros momentos por cuenta de las incertidumbres que produce estar en cautiverio y sus varias afecciones de salud, el ganadero de 86 años, según reportan sus familiares, se encuentra bien desde el punto de vista médico y también anímico.
“Llegó un momento donde pensó que definitivamente no iba a salir del secuestro; al principio las condiciones fueron muy duras, muy difíciles. Parece que al principio hubo algo de maltrato, después mejoraron el trato, pero tuvo buena comida, elementos de aseo. Llega sin teléfono celular, sin nada, prácticamente como un NN”, dijo a varios medios de comunicación su hijo, Heriberto Urbina.
El retorno del adulto mayor a su hogar pone fin al tercer secuestro del que ha sido víctima el ganadero, quien, por lo que se ve en los videos que circula en redes sociales, es bastante querido por los habitantes de Chiriguaná, población donde reside y un nutrido grupo de ganaderos hizo una pacífica manifestación el pasado fin de semana.
A los violentos: dejen en paz a los productores del campo
Esta noticia también fue celebrada por José Félix Lafaurie, presidente ejecutivo de Fedegán, quien en su cuenta de Twitter se refirió al asunto, pidiendo a los alzados en armas abstenerse de esta deleznable práctica.
“¡Bienvenido a la libertad, Heriberto! Ningún ser humano debería ser víctima del secuestro. Pedimos a los grupos alzados en armas que dejen en paz a los agricultores y ganaderos colombianos”, trinó el dirigente gremial.
Heriberto Urbina jr. comentó que todos los miembros de la familia vivieron momentos difíciles por las exigencias que hacían los milicianos para liberarlo, sin embargo, destaca la labor que en este caso concreto llevaron a cabo la Iglesia Católica y la Defensoría del Pueblo.
“No solo él estaba secuestrado, sino también la familia. A nosotros nos tocó bastante duro, la zozobra, el tema de vivir unas negociaciones con unas amenazas con unos temas muy difíciles, pero gracias a Dios, se logró un cerco humanitario”, explicó Urbina.
Finalmente, agradeció a todas las personas, gremios económicos, medios de comunicación y sociedad en general por estar al pendiente de la situación y ejercer presión a sus captores.