Una red integrada por un miembro activo del Ejército fue desmantelada por la Fiscalía tras descubrir que filtraban información confidencial sobre operativos militares a la subestructura 28 de las disidencias de las Farc.
A través de canales digitales y bajo promesas de beneficios económicos, un teniente activo del Ejército Nacional habría filtrado información reservada sobre operativos militares a la estructura armada José María Córdoba, también conocida como subestructura 28 de las disidencias de las Farc.
Ese sería el modus operandi de una red criminal que operaba desde dentro de las Fuerzas Militares y que fue desmantelada por la Fiscalía General de la Nación en una operación conjunta con la Policía Nacional.
En diligencias realizadas en Sogamoso, Boyacá y Villavicencio, Meta, fueron capturados cuatro presuntos integrantes de esta red: Néstor Orlando Ricaurte Nossa, Otoniel Forero Mosquera, Jhon Alexander Ortiz Sánchez y el teniente Juan Sebastián Tangua Corzo.
A los detenidos se les imputaron delitos como concierto para delinquir con fines terroristas, cohecho, lavado de activos, tráfico de armas y de estupefacientes. Ninguno aceptó los cargos y por decisión de un juez permanecerán en centros de reclusión.
Las investigaciones revelaron que el teniente Tangua Corzo entregaba información clasificada sobre operativos contra cabecillas de la subestructura 28, además de facilitar la entrega de armamento y apoyar la recuperación de material bélico durante operaciones militares. Se le señala de ser un colaborador directo de uno de los jefes de esta estructura criminal.
Por su parte, Ricaurte Nossa habría estado a cargo de gestionar los recursos económicos obtenidos por medio de extorsiones, con los cuales se financiaban los pagos a los informantes.
Forero Mosquera, desde Villavicencio, habría liderado la logística financiera y militar, recibiendo combatientes provenientes del Cauca y asegurando su movilización hacia Arauca.
En tanto, Ortiz Sánchez, alias Ingeniero, se encargaba de labores de inteligencia delictiva, coordinando el traslado de combatientes, así como la comercialización de armamento y explosivos entre departamentos.
Durante los procedimientos, las autoridades incautaron un importante arsenal y evidencia documental: un fusil, un arma corta, tubos de mortero, cañones de ametralladora, silenciadores, 95 cartuchos, cocaína, dinero en efectivo, dispositivos electrónicos y documentos claves para la investigación.



