La organización defensora de derechos humanos denuncia que el conflicto armado está destruyendo lo poco que queda del tejido social en la región, al tiempo que solicita una intervención urgente, efectiva y sostenida de las instituciones del Estado para revertir la situación.
En un desesperado llamado, la Asociación Madres del Catatumbo por la Paz envió una carta abierta al presidente Gustavo Petro, denunciando el recrudecimiento de la violencia en los municipios de El Tarra y Tibú, donde enfrentamientos armados y ataques con drones explosivos han cobrado numerosas vidas, incluidas las de niños y jóvenes inocentes.
“Con el corazón hecho trizas, escribimos estas palabras como madres, como mujeres campesinas, como víctimas y testigos del horror que no cesa en nuestra tierra”, expresa la misiva, firmada por Carmen García, presidenta de la organización.
La carta, dirigida también a congresistas, delegados de la ONU y países garantes del proceso de paz, revela la desesperación de estas mujeres, que continúan “enterrando a sus hijos sin poder siquiera llorarlos con dignidad”. El documento también denuncia que los líderes sociales “están siendo asesinados uno a uno”, mientras el Estado permanece ausente.
“¿Qué más podemos hacer? ¿A quién más debemos acudir para que nos escuchen?”, cuestionan las madres en su carta, exigiendo acciones concretas e inmediatas de protección, justicia, diálogo y reparación, que siguen siendo esquivas a pesar de la grandilocuencia de los discursos del mandatario de turno.
El relato de la nota coincide con las recientes alertas emitidas por la Defensoría del Pueblo, que viene advirtiendo sobre la intensificación de la crisis humanitaria en el Catatumbo desde el pasado mes de enero, cuando las disidencias del Frente 33 de las FARC y el ELN rompieron un pacto de coexistencia y comenzaron a disputarse el control de rentas ilícitas y rutas estratégicas.
Según datos manejados por el Puesto de Mando Unificado, en lo que va del año 2025, este conflicto ha dejado 66.555 personas desplazadas, 11.490 confinadas y 134 asesinadas. Los recientes hechos de violencia y motivantes de la misiva incluyen la muerte de un militar y cuatro heridos en enfrentamientos con el Frente 33, ataques con drones explosivos que han dejado al menos seis personas asesinadas, y el homicidio del líder social Freddy Ballesteros en Tibú.
Finalmente, en su desesperado clamor, las madres también se dirigen a los actores armados solicitando deponer las armas: “¡Paren ya! ¡No más muerte! ¡No más hijos en los cementerios! ¡No más madres rotas!”.
Asimismo, piden a la comunidad internacional que no las abandone y exija al Estado colombiano respuestas efectivas. “Ya no sabemos qué más hacer, pero mientras tengamos voz, seguiremos llamando. Hoy lo hacemos con la esperanza de que alguien, esta vez sí, escuche”, concluye la carta.



