La situación de inseguridad se ha vuelto insostenible en el municipio: de un tiempo para acá se vienen presentando con frecuencia casos de abigeato, carneo, extorsión, asesinatos de ganaderos y cuidadores de haciendas, así como la presencia de hombres armados en motocicletas ‘patrullando’ algunas zonas. Reclaman más efectividad en las acciones de las autoridades administrativas, policiales y militares.
“Le voy a pedir un favor, no ponga mi nombre, antes a uno le gustaba que lo entrevistaran, pero ahora hay que tener un poco de prudencia porque ya no se sabe delante de quién está uno hablando”, inicia el relato de un ganadero de Chinú, Córdoba, preocupado por el aumento desmedido en los casos de abigeato, carneo y extorsión.
Lo que algunas entidades podrían catalogar como una percepción de inseguridad, cambia a ser un asunto real que necesita atención de las entidades administrativas y de policía, si se atienden las estadísticas que maneja sobre el particular la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán).
Este gremio aseguró en sus acostumbrados informes de cierre de año, que de los 67 casos de abigeato reportados en 2022 en el departamento de Córdoba, 11 de ellos ocurrieron el municipio de Chinú.
Pero no son hechos aislados, pues, desde hace por lo menos una década los ganaderos de esa región han sido duramente afectados por la delincuencia, viendo disminuido en gran proporción el patrimonio suyo y de sus familias, perdiendo cada vez más y más el fruto de años y años de trabajo.
“Nosotros llevamos ya un tiempo considerable, los últimos diez años hemos tenido muchos casos, aquí a un productor, de día, se le presentó un camión o dos camiones y le cogieron los animales, los mismos autores cogieron los animales, los montaron y el camión pasó por el frente de la casa del productor ahí en Chinú”, comentó el preocupado ganadero que, por razones de seguridad pidió omitir su nombre.
Si no los arruinan, los matan
En aras de ejemplificar a los lectores de este medio lo que le espera a muchos de los que hoy tienen tierras y ganado en sus corrales, el hombre trae a colación el caso de un trabajador de la construcción quien luego de estar tantos años en esa dura labor quiso en su vejez dedicarse a lo que siempre había soñado: la ganadería, pero el accionar de los cuatreros se lo impidió, dejándolo en la más absoluta miseria.
“Hay un caso muy particular de un albañil que se llama Arturo Nisperuza: con los ahorros de toda su vida de él y de la esposa, compró una parcela y unos animales, y los cuatreros en la primera incursión se le llevaron 25 reses, en otra oportunidad, le pelaron cinco animales más: le hicieron el carneo a cinco animales y Arturo, ya un anciano de más de 85 años nada pudo hacer y, para colmo de males, como si la fatalidad se ensañara con él, la señora resultó con una enfermedad mental y después, perdió dos hijos por cuenta de un cáncer. Una persona que ahorró toda su vida para tener eso, hoy tiene nada. Como jocosamente él mismo dice: quedé Don Tuvo, una situación bastante difícil”, relató.
La ruina como en el caso de Arturo Nisperuza no es lo único a lo que se exponen los ganaderos de Chinú, pues, hay suficientes elementos de juicio para decir que el problema más grande que afrontan es la muerte, porque ya se han documentado por lo menos dos casos donde prestantes ganaderos fueron asesinados por quienes querían despojarlos de sus animales y de paso el dinero que llevaban consigo.
“Hace dos años asesinaron a un ganadero que vivía aquí en Chinú y tenía finca en San Marcos (Sucre), le habían robado y los mismos que lo robaron lo terminaron matando porque él se dio cuenta de quienes le habían hecho el daño. También asesinaron a Jorge Mizger otro ganadero, no se sabe qué pasó con la muerte de Jorge”, comentó.
Esta última familia reportó el pasado 11 de marzo un caso de carneo en una de sus fincas: hombres armados amordazaron a los vigilantes de la finca El Chorrillo, propiedad de Jorge Emilio Mizger y con motosierras sacrificaron y despostaron seis reses, dejando pérdidas por un poco más de 20 millones de pesos.
No ha sido suficiente la disposición de las autoridades
Se torna más compleja la situación cuando se detallan las cifras de haciendas y personas víctimas de la delincuencia en varias modalidades, ya que, las actividades ilegales no se circunscriben exclusivamente al abigeato. “Aquí hay 1500 predios entre agrícolas y pecuarios, yo pienso que un porcentaje alto de 35 a 40 % de los predios han sido afectados de alguna manera, porque no es solamente carneo, le han quitado la plata en la calle a la gente cuando han salido de los bancos o cuando van llegando a su casa”, detalló el ganadero.
A pesar de las acciones que vienen adelantando las autoridades militares y de policía, los ganaderos de la región sienten que hace falta más, porque en la práctica, los delincuentes parecen sobrepasar la capacidad de acción de las instituciones del Estado encargadas de salvaguardar sus vidas y sus bienes.
“Aquí hemos tenido coordinación con la Policía, hemos hecho controles, la Policía ha sido eficiente y a pesar de que no son suficientes nos han colaborado enormemente. De igual manera el Ejército, en algún tiempo la Infantería de Marina nos ayudó bastante, hemos hecho actividades voluntarias, espontáneas, en algunas oportunidades hemos reunido novillas, hemos hecho rifas, se han comprado dos motos y se las regalamos una a la Infantería y una al Ejército”, explicó con un halo de preocupación.
No duda en afirmar que en cierta medida la falta de apoyo de las autoridades administrativas ha contribuido con el deterioro de la seguridad en la zona, pues, muchas veces no atienden asuntos de esta naturaleza que son en definitiva prioritarios, sin embargo, alaba la entereza mostrada por el Ejército que ha trasladado hasta Chinú al director regional de operaciones para tratar de contener la arremetida de la delincuencia.
“Algunas administraciones han brillado, con el aporte del fondo de seguridad le han dado carro cero kilómetros, moto, han arreglado la logística ahí, la falta de infraestructura en las estaciones, ha habido otras administraciones que han sido tímidos en el apoyo y así, hemos tenido de todo. Últimamente se han incrementado las operaciones, de hecho, por petición nuestra, está viviendo el Capitán, quien debe pernoctar en Sahagún, pero, tiene ocho días de estar aquí en Chinú controlando la situación”, dijo.
Aumenta la preocupación ante este panorama, porque no se vislumbran acciones ni estrategias concretas para frenar estas acciones ilegales, solo buena voluntad y disposición, que es un avance, pero no suficiente. Y, si se mira con sensatez el asunto, le asiste razón a los ganaderos, pues, son muchas las haciendas que tienen reses, el número de éstas es significativo y en la mayoría de los casos, el trabajo de varias generaciones de una misma familia puede quedar en la ruina como la de Arturo Nisperuza o morir a manos de los asaltantes como Jorge Mizger.
“Nosotros tenemos entre 50.000 y 60.000 cabezas de ganado en Chinú, un grupo representativo nos reunimos hace unos días, ahí estaban algunos oficiales del Ejército, los directores del Gaula Córdoba, Sijín Córdoba, unos mayores, unos capitanes de la Policía y dijeron que estaban dispuestos a colaborar. Estuvo también un diputado de la Asamblea y nos dio luces, dijo podíamos a acceder a que mejoraran las cosas a través de unas acciones populares, de un derecho de petición. Se comprometió a ayudar llevando este caso a la duma, pero hasta ahí”, relató.
Ante este panorama de poca iniciativa administrativa para defender sus vidas y bienes como ordena la Constitución Política, todos están dispuestos a colaborar en la creación de un fondo común que permita la adquisición de equipos de seguridad y otros elementos para disuadir a los cuatreros o identificarlos plenamente.
“Hubo una propuesta de un médico, ganadero prestante, que nos dijo: regalemos una novilla, hagamos un fondo y nosotros podemos hacerlo. Si la Gobernación de Córdoba y la Alcaldía de Chinú se comprometen en que ellos van a aportar, nosotros también podemos aportar las cámaras, necesitamos instalar cámaras en lugares estratégicos porque no es una sola parte donde están haciendo estas cosas, y otras medidas policivas, para el fortalecimiento de las actividades de la Fiscalía en aras de judicializar, que se tengan elementos materiales de prueba para cuando capturen a estos delincuentes”, detalló.
Los cuatreros vienen de otros municipios
Otra de las situaciones que ha facilitado la acción de los delincuentes, tiene que ver con la ubicación geográfica de Chinú, pues, tiene límites territoriales con varios municipios del departamento de Sucre, lo que a veces hace imposible ubicar a quienes ejecutan esas acciones.
“Nosotros pertenecemos al departamento de Córdoba y somos limítrofes con Sucre, tenemos nueve municipios incluyendo la capital que están muy cerca de nosotros, Sincelejo está a 20 kilómetros, Sampués está a 10 kilómetros, por la zona rural colindamos con Corozal, El Roble, La Unión, La Villa, San Benito, Caimito y San Marcos lo tenemos cerca también”, expuso.
No titubea cuando dice que muchos de los casos que se han presentado últimamente son cometidos por personas que vienen de municipios y corregimientos vecinos, porque han sabido de fuentes confiables que así es y remitido la información a las autoridades con nombres y señas particulares, pero nada que mejora la situación: los casos se siguen presentando.
“Se ha sabido que de Sahagún unos muchachos han venido a hacer daño, de Sincelejo, de Sampués, de San Andrés de Sotavento y también de aquí mismo de Chinú. A veces fallan los organismos de inteligencia, se han podido capturar algunos personajes y entendemos que la Fiscalía, hasta donde ha podido controlar las cosas, también ha trabajado, pero en las fincas las cosas no mejoran”, denunció.
¿Son acciones del paramilitarismo?
Aunque no se atreve a decirlo por temor, el ganadero asegura que la población está en el centro de operaciones de una facción o bloque del Clan del Golfo, pues en varias incursiones han dejado sus iniciales pintadas con aerosol en las paredes y ejecutado acciones que encuadran dentro de su accionar delictivo. “Esto da miedo, hay unos momentos que la gente le ha dado miedo vivir en Chinú, porque hay incertidumbre, no hay seguridad, aquí mataron a un cuidandero de una finca y parece que murió un hermano que había quedado herido, ya eso hace unos diez o doce días, ahí dejan impreso en las paredes tres letricas AGC”, reveló con temor.
Asegura además, que el abigeato es una de las tantas acciones que ese grupo delincuencial viene ejecutando contra la población civil y que no son solo ganaderos los afectados. “Se metieron en una obra civil de una vía rural extorsionando a los contratistas, marcaron también los equipos, a un transeúnte en el carro le quitaron el carro, la plata y el celular, el boleteo, extorsión de tiendas tanto rurales como urbanas, la venta de drogas se ha aumentado aquí en Chinú, hay bandas que le dicen ollas o el hueco, hay gente que uno no sabe quiénes son, que andan en motos, con armas, con pasamontañas, cascos, hay miedo de que vaya a suceder alguna cosa”, declaró.
Manifiesta que esta organización criminal no hace distingo de las posibilidades económicas de los ganaderos, comerciantes y empresarios, así mismo, que la zona en la que ejecutan sus acciones es bastante amplia, situación que asume ha impedido el efectivo control de las autoridades. “Aquí hay un sector que es Heredia, Santa Rosa, La Panamá y El Paraíso, y muy frecuente, tenemos como cinco meses que ya ellos dicen, me gané una rifa, una res, hay gente de a dos reses, hay gente de tres reses y demás que le hacen el carneo, se llevan lo valioso, las carnes, el hueso lo dejan. Tenemos miedo, tanto urbano como rural, pequeños, medianos y grandes todos están afectados por igual”, expuso.
Finalmente, asegura que la difícil situación de seguridad ha ido desincentivando el interés de las nuevas generaciones por el trabajo del campo, por eso solicita de las entidades competentes más atención, pues, de seguir así, en menos de lo que se imaginan la empresa ganadera y agrícola en general se acabará en esa zona del país.
“Se necesita tranquilidad para uno seguir en esta actividad, ya tenemos nuestra propias adversidades como el clima, como el costo de los insumos, los bajonazos en los precios de los insumos, cuando no es el exceso de lluvia es porque no cae, esas son adversidades normales, la carne se ha bajado de precio, el consumo se ha bajado, eso es lo que es normal, pero lo otro es un problema de otro tamaño, esto hace que los jóvenes se dediquen a otra actividad, no quieren seguirle los pasos a los adultos, vale la pena anotarlo, porque el joven dice yo monto un chuzo de internet y con eso me sostengo, el pelao ya no quiere vivir en el monte”, puntualizó.