El temor de convertirse en víctimas mortales de la guerra armada entre grupos ilegales ha llevado a que cientos de familias campesinas abandonen sus hogares.
Cerca de 200 personas llegaron en los últimos días al municipio de Samaniego, en Nariño, huyendo de los enfrentamientos entre grupos armados ilegales que se han tomado el control de las veredas y corregimientos de este municipio.
Estadísticas argumentan que de la vereda el Decio, por lo menos, salieron alrededor de 70 familias, que buscaron refugio en el casco urbano de Samaniego.
Confinados
Sin embargo, la situación también es crítica en veredas como San Antonio, Betania, Buenavista, San Diego y El Palacio en donde al parecer decenas de familias se encuentran en confinamiento ya que no lograron salir de sus viviendas.
De acuerdo con las autoridades locales, las amenazas contra la población civil también alcanzan a los menores de edad que se ven envueltos en la guerra desatada entre disidentes de las Farc, guerrilleros del ELN y miembros de Clan del Golfo.
Reflejo de estos hechos es lo sucedido en centros educativos de la jurisdicción en donde algunos estudiantes no han podido asistir a clases o muchos de ellos quedan encerrados en sus corregimientos ante el recrudecimiento de los enfrentamientos.
Urgen atención
La grave situación de orden público llevó a la Procuraduría Regional de Nariño a instar a los gobiernos nacional y departamental a brindar la atención necesaria a las comunidades afectadas, así como articular las acciones necesarias para garantizar el respeto por los derechos humanos, el DIH, y las garantías y condiciones para el retorno seguro de las familias desplazadas.