Mientras el exfuncionario calificó la fecha como “éticamente ambigua” por coincidir con el aniversario del ataque de Hamás a Israel, el gremio docente defendió su posición y acusó a sus críticos de estigmatizar un llamado pedagógico por la paz.
La marcha pro-Palestina prevista en Colombia para el 7 de octubre desató una controversia política tras el intercambio público entre José Manuel Restrepo Abondano, exministro de Hacienda, y la Federación Colombiana de Educadores (Fecode).
Desde su cuenta en X, Restrepo calificó la convocatoria como “una decisión profundamente desafortunada, simbólicamente dolorosa y éticamente ambigua”. Recordó que ese día se cumplen dos años del ataque de Hamás contra cientos de civiles israelíes, y advirtió que marchar en esa fecha “no es solidaridad, sino indiferencia frente al dolor ajeno”.
Según el exministro, quien actualmente dirige la Universidad EIA, una causa justa no puede construirse sobre la negación del sufrimiento de otros. En su mensaje, insistió en que conmemorar esa jornada “solo genera polarización, provocación y confusión moral”.
Horas después, Fecode respondió con un comunicado en el que rechazó las críticas y defendió su apoyo a la manifestación como una expresión legítima de paz y solidaridad. “No pueden seguir usando un acto de violencia totalmente repudiable como el ocurrido contra familias israelíes para justificar el hambre, la sangre y el asesinato de niños, un genocidio contra el pueblo palestino”, señaló la organización sindical.
La federación aclaró que no es convocante directo de la marcha, pero sí respalda su realización “como un acto de llamado a la paz”. En su mensaje añadió: “Somos docentes, estamos llamando a la paz. Es desvergonzado cómo un llamado a la paz ustedes lo convierten en una excusa para estigmatizar y llamar a la violencia contra el magisterio”.
Para analistas consultados, el cruce entre Restrepo y Fecode refleja la creciente sensibilidad política y simbólica del conflicto en Gaza dentro del debate colombiano. La controversia, además, pone de relieve cómo el discurso gremial puede convertirse en vehículo de posicionamientos internacionales con implicaciones ideológicas y éticas.
Ni el Ministerio de Educación ni otras entidades públicas se han pronunciado sobre el tema. No obstante, el episodio volvió a situar a Fecode en el centro del debate nacional por su rol en causas políticas y sociales que trascienden el ámbito educativo.