En medio de un proceso de paz con más dudas que certezas, habida cuenta la situación de orden público en todas las regiones del país, la captura de Geovany Andrés Rojas, alias Araña, ha vuelto a encender la polémica sobre las prebendas que obtienen los grupos ilegales y si están por encima de la cooperación judicial internacional.
El pasado miércoles (12 de febrero), agentes del CTI hicieron efectiva una orden de detención en contra de Geovany Andrés Rojas, alias Araña en un hotel de Bogotá, la medida que limita la libre circulación del guerrillero está contenida en una circular roja de la Interpol.
Alias Araña es solicitado por una corte de California, Estado Unidos, para que responda en juicio a los cargos en su contra por el delito de narcotráfico. Sin embargo, esta acción, ejecutada en el marco de la colaboración judicial internacional ha sido cuestionada por el alto comisionado para la paz, Otty Patiño, quien argumentó que la medida vulnera los acuerdos establecidos para proteger a los negociadores vinculados al proceso.
Los videos que circulan en redes sociales sobre el incidente dejan ver a un Otty Patiño ofuscado, intentando a toda costa evitar el operativo judicial. Increpando a los oficiales que ejecutaron la orden, vociferó que la acción desplegada por el CTI era “una trampa contra el proceso de paz”.
Según la argumentación de Patiño, el negociador por parte de las disidencias de las Farc debía beneficiarse de la suspensión de sus órdenes de captura por estar participando activamente en los diálogos de paz.
“Si se continúa ejecutando este tipo de operaciones, se sabotean años de esfuerzo y se destruye la confianza necesaria para que los grupos armados se sienten a negociar de buena fe”, sentenció Otty Patiño.
Las preocupaciones del alto funcionario dejan al descubierto la fragilidad jurídica de unos acuerdos y beneficios que riñen de manera directa con compromisos de carácter internacional como la extradición.

Ecos del pasado: Santrich e Iván Márquez
Esta polémica ha traído a tiempo presente las similitudes de este caso en concreto con episodios del mismo tenor ocurridos en años anteriores y con miembros de esta organización al margen de la ley. Después del proceso de paz de 2016, investigadores encubiertos filmaron a Jesús Santrich acordando el valor de un cargamento de cocaína.
Luego de una gran polémica legal, Santrich abandonó su curul en la Cámara de Representantes para aparecer en la selva junto a Iván Márquez comandando un grupo de hombres armados, confirmando las sospechas sobre su incumplimiento al mandato de no delinquir.
Tras varios meses en la clandestinidad, trascendió a la opinión público que Santrich había fallecido en un combate en la frontera con Venezuela. Iván Márquez, también fue objeto de ataques que lo dejaron en un grave estado de salud, sin embargo, su muerte no se ha confirmado.
Otty Patiño hizo alusión a estos dos casos en concreto, según él, advertir las consecuencias que para los procesos de paz puede tener la intervención aislada de la justicia contra los negociadores insurgentes.
“Cada acción de este tipo es un retroceso que abre la puerta a la desconfianza y al miedo entre las partes involucradas en el proceso”, comentó el comisionado, solicitando a las autoridades judiciales abstenerse de este tipo de actuaciones y respetar los protocolos establecidos.
Irregularidades en el transporte de negociadores de la UNP
Los casos de Santrich e Iván Márquez no son los únicos que dan al traste con la argumentación de Otty Patiño: en recientes y publicitados operativos en las carreteras del país, la Fuerza Pública descubrió irregularidades en el uso de camionetas asignadas por la Unidad Nacional de Protección (UNP) para el traslado de negociadores de las FARC.
En esa oportunidad, fueron retenidos Alexander Mendoza, alias Calarcá Córdoba, Érika Castro, Erlinson Echavarría Escobar, alias Ramiro y Édgar de Jesús Orrego Arango, conocido como Firu. Varios de estos personajes tenían órdenes de captura vigentes, además, transportaban armas y una considerable suma de dinero en efectivo y lingotes de oro.
Varios analistas y políticos comentaron en su momento, que la presencia armamento y efectivo en estos vehículos rompía con los protocolos de seguridad, evidenciando un uso indebido de los recursos destinados a la protección de los negociadores.
Finalmente, es importante mencionar que la detención de alias Araña ha generado reacciones en un amplio sector de la opinión y la cosa pública, cuestionando la actitud retadora de Otty Patiño y exigiendo un compromiso real con la paz por parte de los alzados en armas.