Planta en el Chocó tiene vía libre del Invima para exportar productos de pesca a Estados Unidos

La empresa llamada, Mariscos de Bahía Solano, podrá colocar sus productos en los mercados consumidores debido a que ahora porta la certificación que garantiza su inocuidad alimentaria establecida en las normas internacionales.

Foto: Cortesía Invima                                                                                                                

Por primera vez en la historia del Chocó, la máxima autoridad de vigilancia de alimentos de Colombia le otorgó a una planta de procesamiento de productos de la pesca, el estatus de producción con normas internacionales, lo que le da vía libre para exportar a 4 mercados -donde ya ha realizado contactos -como son EE. UU., Perú, Guatemala y El Salvador.

Se trata de la planta de procesamiento “Mariscos de Bahía Solano”, ubicada en el Chocó, que desde ahora y por dos años, contará con la certificación HACCP (Sistema de Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control), exigida como un requisito primordial para acceder con productos alimenticios a los mercados internacionales.

El ente rector de la vigilancia de alimentos de Colombia, el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos – Invima, con la certificación HACCP, constata que la planta -dedicada al procesamiento y comercialización de pescado- cumple los debidos requisitos de inocuidad.

Aseguramiento de inocuidad

“El Sistema HACCP es utilizado y reconocido actualmente en el ámbito internacional. La Comisión Conjunta FAO/OMS del Codex Alimentarius propuso a los países miembros la adopción del sistema como estrategia de aseguramiento de inocuidad de alimentos”, indicó Alba Rocío Jiménez, directora de Alimentos y Bebidas del Invima.

La planta dio cumplimiento a lo establecido en el decreto 60 del 2002 por medio del cual se promueve la aplicación del HACCP en las fábricas de alimentos y se reglamenta el proceso de certificación.

Los inspectores verificaron, entre otros, 14 aspectos fundamentales de la compañía que son: la organización de la empresa; el equipo HACCP; la implementación de las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM); y el programa de saneamiento.

Simultáneamente la descripción de los productos de la pesca; el diagrama de flujo del proceso; el análisis de peligros; medidas preventivas; identificación de puntos críticos de control; establecimiento de límites críticos; el monitoreo; las acciones correctivas; los registros; y los procedimientos de verificación.

La compañía acreditada cuenta con cerca de 200 pescadores artesanales del municipio de Bahía Solano, y, asimismo, de los corregimientos de El Valle, Chambacú y Jurubirá, quienes han sido capacitados en inocuidad y calidad.

Para Jiménez, la certificación es muy significativa por lo que representa no solo para la empresa, sino también para toda la comunidad y el desarrollo económico de la región.

Mejorar y transformar

“El paso hacia la certificación HACCP otorgada por el Invima, representa una mejora en los estándares de producción y, a la vez, una oportunidad para romper el círculo de exclusión económica, que por tanto tiempo ha caracterizado al Chocó”, manifestó Daniel Lloreda, gerente de la empresa.

Para el empresario es un ejemplo de cómo el esfuerzo comunitario y la visión empresarial pueden transformar vidas, revitalizar economías locales y conectar a las familias con nuevas oportunidades en el mundo.