Petro: símbolo de mentiras y justificaciones al narcotráfico; dejó al país en ridículo

En medio de una creciente preocupación por la imagen internacional de Colombia, la senadora María Fernanda Cabal no dudó en alzar la voz tras el discurso del presidente Gustavo Petro ante la Asamblea de la ONU.

Con un mensaje irrebatible la aspirante a la presidencia por el Centro Democrático, María Fernanda Cabal arremetió contra Gustavo Petro luego su discurso en la ONU: «El grandilocuente discurso de Petro en la ONU, ante un auditorio casi vacío, no sorprende a nadie”.

Agregó que “Fue la misma perorata de siempre: la de un mandatario que, en lugar de defender a los colombianos, termina justificando a los narcotraficantes que inundan de cocaína a Estados Unidos y fortalecen al cartel de los soles en Venezuela”.

La intervención de Petro fue recibida con indiferencia por la comunidad diplomática. Más allá del bochorno diplomático, lo más grave, según la senadora, es el contenido del discurso. Petro volvió a recurrir a estadísticas inventadas y basadas en la ideología y no en los hechos reales.

Apenas Petro tomó la palabra, el salón de la Asamblea General, que minutos antes albergaba a diplomáticos de todo el mundo, quedó prácticamente desierto. Mientras líderes como el presidente de Estados Unidos o el canciller de Alemania fueron recibidos con atención plena, la intervención del jefe de Estado colombiano fue ignorada por la mayoría de los delegados, un hecho sin precedentes que refleja el descrédito creciente de su gobierno en la escena global.

Pero más grave que el deseo diplomático es el contenido del discurso mismo. Petro afirmó, por ejemplo, que Colombia en su gobierno, es el que más ha reducido los cultivos de coca afirmando que la tasa de crecimiento de los cultivos de coca ha sido tan solo del 3 % cuando en gobiernos anteriores fue por encima del 43 % una cifra completamente falsa que contradice los informes oficiales de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), que muestran un aumento en más de un 53 % en 2024.

Asimismo, el presidente aseguró que su política de “paz total” ha desarticulado a los grandes carteles, cuando en realidad grupos como el Clan del Golfo, el ELN y disidencias de las Farc han ampliado su control territorial y su producción de droga ilícita.

Peor aún, Petro dedicó parte de su intervención a culpar a Estados Unidos y Europa por la existencia del narcotráfico, argumentando que “ellos consumen, nosotros sufrimos”, una postura que no solo es simplista, sino que exime al Estado colombiano de su responsabilidad soberana de garantizar la seguridad y el orden en su propio territorio.

En lugar de presentar propuestas concretas de cooperación o estrategias efectivas contra el crimen organizado, optó por una diatriba ideológica que terminó por justificar, de facto, a los mismos actores que trafican cocaína hacia Miami, Nueva York o Madrid, y que financian redes como el llamado “Cartel de los Soles” en Venezuela.

Frente a este patrón de actuación, la senadora Cabal se erige como una de las pocas voces que defienden con claridad, coraje y fundamento los intereses nacionales. No se limita a criticar: denuncia con hechos, contrasta con datos y pone el dedo en la llaga de un gobierno que prefiere la propaganda al trabajo serio. Su mensaje es contundente: Colombia no puede permitirse un presidente que, en vez de representarnos con dignidad, nos convierta en objeto de burla y desconfianza en las capitales del mundo.

En un momento en que el país necesita recuperar su credibilidad, fortalecer sus alianzas estratégicas y combatir con firmeza al narcotráfico sin justificaciones ideológicas, la voz de María Fernanda Cabal no solo es necesaria, es urgente. Su denuncia ante el discurso fallido de Petro en la ONU no es un ataque político, sino un acto de defensa de la nación. Y por eso, cada vez más colombianos la ven no solo como una líder opositora, sino como una esperanza para devolverle a Colombia su lugar en el mundo.