En un fin de semana marcado por el esfuerzo y la emoción, la Selección Colombia Sub-20 logró el tercer puesto en el Mundial de la categoría y el Deportivo Cali Femenino se consagró subcampeón de la Copa Libertadores.
El fútbol volvió a darle una alegría a Colombia. En menos de 24 horas, dos equipos nacionales confirmaron que el talento y la disciplina pueden imponerse al escepticismo. La Selección Colombia Sub-20 cerró su participación en el Mundial con un meritorio tercer lugar, tras vencer 1-0 a Francia en el partido por el podio.
El gol de Óscar Perea selló una campaña que combinó carácter, técnica y resiliencia, consolidando a una generación que promete renovar los cimientos del fútbol nacional. Mientras tanto, en Argentina, el Deportivo Cali Femenino protagonizó una final intensa de la Copa Libertadores, donde igualó sin goles ante Corinthians y cayó por penaltis 5-3, quedándose con el subcampeonato continental.
Las “Azucareras” demostraron orden táctico y fortaleza anímica, ratificando el crecimiento del fútbol femenino colombiano y su capacidad de competir de igual a igual con las potencias del continente.
Ambos logros reflejan más que resultados deportivos. Son una señal de madurez institucional, de inversión formativa y de compromiso de nuevas generaciones que entienden el deporte como un camino de dignidad y superación.
En un país golpeado por tensiones políticas y sociales, el fútbol sigue siendo un punto de encuentro, un espacio donde la victoria colectiva es posible. Colombia celebra, entonces, no solo por los goles y las medallas, sino por la certeza de que en sus canchas hay talento, disciplina y esperanza.



