BERNARDO HENAO JARAMILLO
Columnista de Opinión
“La política no es asunto propio ni de filósofos ni de moralistas; la política es el arte de sacar de una situación determinada el mejor partido posible” decía Maurice Barres y a no dudarlo el actual gobierno es un artista en practicar esa idea
Si algo está claro desde el comienzo del gobierno Petro es la persecución a las FFMM y de Policía. Solo el nombramiento de Iván Velásquez como ministro de Defensa constituía ya una grave ofensa por la animadversión que siempre les había profesado.
Además, el notorio llamado a calificar servicios a un gran número de oficiales activos, era para debilitar tanto el Ejército como la Armada, la Fuerza Aérea y la Policía, como realmente sucedió por lo que el país es catalogado de inseguro, de tal forma que algunos Estados le advierten a sus nacionales de los riesgos que existen al viajar a Colombia, recomendando reconsiderar nuestra patria como destino.
Pero no es solo esto. También ha incurrido en graves omisiones en el cumplimiento de su deber. Basta con recordar el secuestro en Los Pozos, San Vicente del Caguán, de 75 policías. Como no se permitió intervenir al destacamento del ejército que estaba cerca murió el subintendente Ricardo Monroy, a quien ya ha olvidado. Y se dio origen a un «cerco humanitario», expresión acuñada por el entonces ministro del Interior, Alfonso Prada, al no querer aceptar que un secuestro es un secuestro.
Muchas otras muertes, 17 y 45 heridos, dejan ver el trato que se dispensa por el gobierno a las Fuerzas Militares y a la Policía. Recordemos a los 9 soldados asesinados por el ELN en el Catatumbo. Ni siquiera se trataba de un pelotón de operaciones ofensivas, como lo explicó el general Helder Giraldo, comandante de las Fuerzas Militares. El secuestro de militares y policía por la guardia indígena y por civiles en el Cauca, su “retención” en el Chocó (Tado) y muchos otros ataques priorizando el diálogo, han conducido a la falta de respeto y acatamiento que se le debe por toda la comunidad a la autoridad.
Todo esto llevó a la Reserva Activa y a los Veteranos a marchar el pasado 10 de mayo, cuando Petro sintió los efectos de esa unión.
Nuestros héroes se tomaron, pacíficamente y en número mayor a 50 000, la plaza de Bolívar de Bogotá, en un acto revestido de solemnidad. Los colombianos acogimos ese grito de los veteranos y la reserva.
Vino entonces la movilización de la sociedad civil del 19 de junio, que ensordeció a la nación al grito de «Fuera Petro» en las plazas de las principales ciudades del país por el reinante descontento con la política dizque del cambio la que se ha ocupado, según se lee, de una repartija de cargos públicos utilizando el llamado nepotismo, de una forma sin precedente, de despilfarrar sin límite el presupuesto nacional y de premiar a los delincuentes.
Su reforma tributaria y su Ley del Plan han sido demandadas por vicios de trámite y violación de varios principios constitucionales. Y el resto de su agenda legislativa ha fracasado.
Ese es el panorama que tenemos. Recientemente el Consejo de Estado reestableció la mesada 14 revocando el auto de 7 de julio de 2021, (medida cautelar) que suspendió provisionalmente los efectos del Acta de 22 de abril de 2014, el Presidente y el Ministro de la defensa, quisieron hacer suya esa decisión y adjudicarse el triunfo judicial de la revocatoria de la citada medida cautelar.
Así consta en sus cuentas de twitter:
“Petro dice en julio 12 de 2023 “Algunos exmilitares retirados protestan contra nosotros porque nos endilgan la anulación de la mesada 14 que fue en realidad hecha por Uribe. Y no saben que nosotros solicitamos su restitución al Consejo de Estado y que lo logramos.”
A su turno el Ministro de defensa en la misma fecha indicó lo propio.
La verdad no puede ocultarse y para corroborarlo basta con leer la providencia del Consejo de Estado y lo que expresó la propia Corporación: “la decisión se basa en una solicitud de revocatoria presentada por un grupo plural de ciudadanos que participaron como como coadyuvantes en el proceso legal. El tribunal fue enfático al señalar que su decisión no está relacionada con los pronunciamientos del ejecutivo sobre la Mesada 14 a pesar de las declaraciones de celebración por parte del presidente Petro”. Oportunismo, sacarle partido al fallo que favorece los intereses legítimos de nuestros héroes, ya que del gobierno nada beneficioso pueden esperar.
¿Sus embustes obedecerán a “cambiar” su imagen por el plantón que se avecina el 19 de julio? Todos los colombianos estaremos en las plazas de nuestras ciudades pues no creemos en este gobierno.
Pildorita. No hay duda de que el nepotismo del gobierno Petro es Guiness Record. La escandalosa ministra Irene Vélez, quien falseó su declaración de función pública al cambiar su estado civil, ocultaba su unión con el ciudadano extranjero Sjoerd Van Grootheest, quien fue favorecido con un jugoso contrato.
Cosas similares han ocurrido con los titulares de las carteras de Hacienda Salud y Trabajo y con el presidente de Ecopetrol.