OMSA certifica a Colombia como libre de perineumonía contagiosa bovina

A propósito del estatus que la OMSA otorgó a Colombia como país libre de perineumonía contagiosa bovina, aquí le explicamos de qué se trata esta enfermedad. También llamada pleuroneumonía, es considerada una de las tres grandes plagas históricas mundiales junto con la fiebre aftosa y la peste bovina.

Colombia acaba de recibir de parte de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) el estatus de país libre de perineumonía contagiosa bovina, con lo cual nuestro país obtuvo las siete certificaciones de país libre que otorga la máxima autoridad sanitaria a nivel mundial.

Edilberto Brito Sierra, coordinador del Programa de Inocuidad del Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, resaltó desde París (Francia) esta certificación y dijo en la red social Twitter: “Con orgullo recibiendo de la Organización Mundial de Sanidad Animal, el reconocimiento para Colombia de País libre de perineumonía contagiosa bovina y nueva zona de libre de fiebre aftosa. Gracias ICA, Fedegán, OMSA. Gracias a todos los que hicieron posible estos nuevos estatus sanitarios del país”. 

¿Qué es la perineumonía contagiosa bovina?

La perineumonía contagiosa bovina (PCB) es una enfermedad respiratoria, infecciosa y contagiosa que afecta a los animales de la familia Bovidae. Es altamente contagiosa, con una mortalidad de hasta el 50 % de los casos, que ocasiona pérdidas económicas por su alta propagación y a las restricciones del comercio internacional de animales.

De este modo, Colombia obtiene el estatus sanitario de libre de las 7 enfermedades para las que la OMSA otorga este reconocimiento: además de la PCB, encefalopatía espongiforme bovina, peste bovina, peste de los pequeños rumiantes, peste equina, peste porcina clásica, fiebre aftosa con y sin vacunación.

La PCB es una enfermedad de bovinos y búfalos de agua causada por Mycoplasma mycoides subsp. Mycoides (M. mycoides). Ataca los pulmones y las membranas que cubren las paredes de la cavidad torácica (pleura) causando fiebre y signos respiratorios tales como respiración difícil o rápida, tos y descargas nasales.

Según la OMSA, la PCB ya se conocía en Europa en el siglo XVI y se extendió por todo el mundo debido al aumento del comercio internacional de ganado vivo en la segunda mitad del siglo XIX. El sacrificio sanitario erradicó la enfermedad de muchos países hacia mediados del siglo XX; sin embargo, actualmente persiste en el África subsahariana y es una de las principales enfermedades de los bovinos.

La situación en Asia es incierta, pero en el pasado se informaron casos de esta enfermedad en muchos países. Aunque la PCB emergió nuevamente en Europa en la década de 1980 y de 1990, fue erradicada y no se han informado casos desde 1999. El hemisferio occidental ha permanecido libre de esta enfermedad durante los brotes epidémicos recientes.

Se transmite por contacto directo entre un animal infectado y uno susceptible que contrae la enfermedad al inhalar las partículas difundidas por la tos. Dado que algunos animales pueden ser portadores aunque no muestren signos clínicos, la propagación es más difícil de controlar.

Signos clínicos

La PCB se manifiesta por pérdida de apetito, fiebre y signos respiratorios, tales como aumento de la frecuencia respiratoria, tos y descargas nasales y respiración dolorosa y difícil. En climas cálidos, el animal afectado suele mantenerse a la sombra, con la cabeza baja y en extensión, el lomo levemente arqueado y los miembros hacia afuera.

En varios casos, la enfermedad progresa rápidamente, el estado del animal se deteriora y la respiración es más difícil, con un gruñido al espirar. Los animales yacen tumbados y en los casos severos mueren entre 1 y 3 semanas después.

La tasa de mortalidad puede alcanzar el 50 % a falta de tratamiento con antibióticos. Sin embargo, los signos clínicos no siempre son evidentes. Puede haber una forma subaguda o asintomática, ya que los animales afectados se recuperan parcialmente tras un periodo de tres o cuatro semanas; sin embargo pueden ser capaces de propagar la enfermedad actuando como portadores no aparentes.

El Centro para la Seguridad Alimentaria y Salud Pública de la Universidad Estatal de Iowa y el Instituto de Cooperación Internacional de Biología precisó que el ganado bovino afectado en forma grave generalmente muere dentro de las 3 semanas. Los que se recuperan presentan emaciación y debilitamiento y pueden adquirir la forma crónica.

Algunos bovinos pueden morir de forma hiperaguda sin mostrar síntomas, salvo fiebre. Los casos agudos en el ganado bovino se caracterizan por fiebre, pérdida del apetito, depresión y caída en la producción de leche, seguido por signos respiratorios, que pueden incluir tos, descargas nasales purulentas o mucoides y aumento en la respiración que progresa hasta convertirse en disnea.

Los animales gravemente afectados generalmente se paran, con la cabeza y el cuello extendidos, las patas delanteras separadas y respiran por la boca. Se pueden inflamar la garganta y la papada. La respiración puede ser dolorosa, y los animales pueden reaccionar intensamente, si se los palpa entre las costillas. También se han informado casos de diarrea.

Algunos animales abortan o tienen mortinatos. En terneros de hasta 6 meses de edad, la enfermedad respiratoria puede estar acompañada por poliartritis, las articulaciones mayores pueden inflamarse y tener temperatura. Las articulaciones afectadas pueden estar tan doloridas que el animal se rehúsa a flexionarlas.

Los signos clínicos son similares, pero más leves en los casos subagudos y estas infecciones generalmente, se hacen crónicas. Los casos crónicos se caracterizan por fiebre baja recurrente, pérdida de la condición y signos respiratorios que pueden observarse cuando el animal está en ejercicio. Muchos animales llegan a recuperarse por completo, aunque las lesiones pulmonares pueden llevar mucho tiempo para curarse.