Siguen las irrupciones en terrenos baldíos y de propiedad privada en distintas zonas del país pese a los anuncios del Gobierno Nacional. Las comunidades se instalan en cambuches para, según ellos, hacer cumplir su derecho a la tierra.
El Huila es nuevamente protagonista de una invasión de tierras. A la situación que se vive en la vía que de Neiva conduce al Caguán desde hace más de 10 días, se le suma un nuevo episodio. En esta oportunidad en el municipio de Santa María, ubicado al norte del departamento.
Más de 200 familias llegaron a un predio de tres hectáreas situado frente al cementerio local y que está destinado exclusivamente para la construcción de un megacolegio.
“El lote que es de propiedad del Municipio, se compró en el año 2015 para la construcción del mega colegio Santa Juana de Arco”, argumentó Julio César Peralta Ardila, actual alcalde de Santa María.
El funcionario indicó que en este momento se avanza en la terminación de los estudios y diseños para buscar los recursos que permitan dar inicio a las obras de la infraestructura escolar.
“Sin vivienda”
La comunidad invasora, que está integrada por habitantes de la zona y desplazados, completa ya seis días instalados en improvisados cambuches.
Esta ocupación es el resultado de los anuncios realizados por el presidente Petro al comenzar su mandato, lo que creó en las comunidades un falso derecho de invadir terrenos que son propiedad privada o que estén baldíos para ser usados.
Estas familias que están apostadas en el terreno al norte del Huila, invadieron el predio bajo el derecho a tener una vivienda propia, señalaron que no abandonarán el terreno hasta que les den una solución concreta a su petición.
“Luego de que el presidente Gustavo Petro manifestó que en los lotes que están desocupados se pudiera ubicar la gente necesitada, estas familias; se hicieron presentes en este lote construyendo algunos cambuches e inmediatamente se activan otros actores como los desplazados del conflicto armado que han llegado de otros municipios y departamentos”, manifestó el alcalde de la localidad.
Las personas que dicen ser afectadas, algunas ya tienen vivienda y solo buscan aprovecharse de la situación.
Ola invernal
El municipio de Santa María ha sido damnificado por la ola invernal durante los dos últimos años. En el censo realizado durante las emergencias, se registraron 180 familias afectadas, algunas han recibido algún tipo de beneficio a través de la oficina de la Secretaría de Gobierno Departamental.
El mandatario local ha liderado en compañía de las entidades y la Fuerza Pública, Consejos de Seguridad para establecer el accionar frente a la ocupación del lote, pero las iniciativas han sido infructuosas.
Se espera a través de la Alcaldía beneficiar solo a los damnificados de la ola invernal.
“Nosotros no hemos adquirido ningún compromiso con personas desplazadas, ni con aquellas que manifiestan no tener vivienda, es muy difícil comprar lotes grandes y beneficiar a toda la comunidad. En este momento todo está en manos de las autoridades competentes el poder actuar, definir y hacer de cierta manera respetar ese lote”, puntualizó Peralta Ardila.
Mientras tanto, la comunidad sigue agolpada en el terreno que es hoy propiedad del Municipio.