El gobierno de Gustavo Petro sigue en el ojo del huracán por su millonario gasto en eventos y propaganda oficial. La senadora María Fernanda Cabal reveló un contrato por 10.000 millones de pesos del Ministerio de Agricultura destinado a la organización de actos públicos, en los que presuntamente se paga por la asistencia de comunidades. La legisladora denuncia que esta es una estrategia para maquillar el desplome de la imagen presidencial y aparentar respaldo popular donde ya no lo hay.
Mientras el país enfrenta recortes en salud, educación y subsidios básicos, el gobierno de Gustavo Petro no escatima en derrochar dinero público para llenar coliseos y fingir apoyo popular. La senadora María Fernanda Cabal denunció el uso de millonarios recursos públicos para la organización de eventos oficiales que, según ella, no son más que un intento de aparentar respaldo popular.
En el centro de la polémica se encuentra un contrato por 10.000 millones de pesos suscrito por el Ministerio de Agricultura para la ejecución de eventos a nivel local y nacional, cifra que, a juicio de Cabal, debería destinarse a inversiones urgentes en infraestructura rural y programas sociales.
El detonante de la denuncia fue un evento reciente en Chicoral, corregimiento del municipio de El Espinal, Tolima, donde el presidente Petro encabezó un acto con presencia de comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes.
Para la senadora, estas concentraciones no son espontáneas ni reflejan un apoyo genuino al mandatario, sino que responden a una estrategia financiada con dinero público para garantizar asistentes mediante transporte, refrigerios y almuerzos.
No existe un petrista gratis
Cabal ha sido insistente en su postura: “No existe un petrista gratis. Los movimientos de campesinos, indígenas y comunidades negras que rodean a Gustavo Petro en eventos oficiales no son espontáneos. Todo es pagado”. La congresista del Centro Democrático sugiere que la estrategia de Petro responde a la desesperación por sostener una imagen de respaldo popular, en un contexto donde su aprobación enfrenta serias dificultades.
A su juicio, lo ocurrido en Chicoral es apenas un reflejo del gasto desmedido de la administración Petro en propaganda política, donde se incluyen millonarios contratos para su equipo de prensa, medios oficiales y bodegas digitales. De acuerdo con sus denuncias, solo en 2024 el gasto en publicidad del gobierno alcanzó los 63.508 millones de pesos, distribuidos en medios públicos como RTVC, Teveandina (Canal Trece) y Telecafé.
El señalamiento no se detiene ahí. Cabal menciona también los millonarios recursos destinados a conciertos organizados por el gobierno bajo la bandera de la «paz total», como el realizado en Buenaventura por 2000 millones de pesos, el «Concierto por la Esperanza» que costó $2294 millones y el que se planeaba con el artista Residente por cerca de 4000 millones de pesos.
Una estrategia de manipulación mediática
Para la senadora, la inversión en eventos, publicidad y medios gubernamentales sigue una estrategia de manipulación mediática inspirada en el manual de propaganda de Joseph Goebbels. «Lo de Petro es cada día más vergonzoso y solitario», enfatiza, asegurando que incluso con estos esfuerzos, el gobierno no logra recuperar el respaldo de la ciudadanía.
El contrato de 10.000 millones de pesos con una empresa organizadora de eventos para el Ministerio de Agricultura ha sido presentado por Cabal como prueba del derroche gubernamental. “Ese dinero debería invertirse en vías terciarias, sustitución de cultivos, vivienda rural o subsidios para los más pobres. Pero no, se lo gastan en eventos populistas para hacerle creer al país que Gustavo Petro cuenta con respaldo”, afirma.
La crítica de Cabal resuena en un momento en el que el país enfrenta dificultades económicas y múltiples sectores reclaman por la falta de recursos en áreas prioritarias como educación, salud y subsidios a servicios básicos.
El problema de fondo: gasto público descontrolado
La polémica en torno a los eventos del gobierno Petro vuelve a poner sobre la mesa el debate sobre el manejo de los recursos públicos. Si bien los eventos presidenciales y la comunicación institucional son herramientas legítimas en cualquier gobierno, la magnitud del gasto y la percepción de que estos actos buscan fabricar un respaldo artificial generan un fuerte rechazo entre sectores de la oposición y parte de la opinión pública.
Cabal cierra su denuncia con una frase lapidaria: «Aquí no hay plata para la educación, para la salud, para los subsidios al gas, pero sí para el narciso de la Casa de Nariño.»
El gobierno Petro, hasta el momento, no ha respondido a estas acusaciones, pero la controversia sobre el uso de los recursos públicos en propaganda y eventos sigue creciendo, sumando nuevos elementos al debate sobre la transparencia y la eficiencia del gasto en la actual administración.