“No creo que con el ELN vaya a llegarse a un acuerdo”

El exministro Rubén Darío Lizarralde Montoya no es optimista con respecto a las negociaciones de paz con la guerrilla del ELN; sin embargo, celebra la presencia del presidente de Fedegán en esa mesa de diálogos.

Rubén Darío Lizarralde Montoya, exministro de Agricultura, habló con la Agencia Periodística de Noticias (APN) sobre lo que ha sido hasta este momento la participación de José Félix Lafaurie Rivera, presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán) en la mesa de diálogos con el ELN.

El economista, además, aseguró que no es muy optimista con que se llegue a un acuerdo real de paz con esa guerrilla y que la reforma agraria del gobierno va generar frustración en los campesinos de Colombia. 

¿Cómo analiza la participación del presidente de Fedegán en la mesa de negociación con el ELN?

Su participación, como la de otros empresarios en otras mesas con otros grupos guerrilleros, lo que buscan, de alguna manera, es mandar un mensaje al país y a la comunidad subversiva de que los empresarios están abiertos a escuchar, están abiertos a discutir, están abiertos a construir un nuevo país.

¿Cuál cree que ha sido el aporte del dirigente ganadero en este proceso?

La participación de José Félix Lafourie en este proceso de conversaciones con ELN ha contribuido para que, inclusive desde el seno de esa organización gremial, surgiera la posibilidad de que el mismo gobierno hubiera dispuesto de muchas hectáreas de tierra para que en un proceso de reforma agraria se dieran los primeros pasos hacia la construcción de un nuevo ambiente agrario. Lo que pasa es que la tierra, en un proceso de reforma agraria, no es lo único, es solo una parte.

¿Entonces, cree usted que vale la pena que los gremios hagan parte de estos procesos?

La participación de Fedegán y otros gremios tiene su parte positiva, pero, también, negativa, de frustraciones que se van expresando a medida que el proceso va a avanzando, pero que no quede, en ningún momento, la preocupación o el arrepentimiento de estos gremios que por no haber participado no contribuyeron a la consolidación de un proceso de paz; de modo, que hagan el esfuerzo al máximo. Desgraciadamente el esfuerzo solo no contribuye a un proceso de paz y, en lo personal, no creo que haya un proceso estructurado que le garantice al país que vamos a llegar a un resultado positivo.

¿Por qué ese pesimismo ante un eventual a un acuerdo real de paz con el ELN?

No creo que con el ELN vaya a llegarse a un acuerdo. Su estructura, su organización, dificulta mucho llegar a un acuerdo; en gobiernos anteriores, inclusive, se había establecido acuerdos iniciales que lamentablemente no llegaron a concretarse porque esa forma de organización, ese estilo de organización en el que los frentes son autónomos, tienen intereses diferentes, visiones diferentes de país, hacen que llegar a un acuerdo sea algo muy difícil y muy complejo.

Usted dijo anteriormente que entregar tierras es solo una parte del proceso de reforma agraria. ¿Qué le haría falta?

Es tan importante, por ejemplo, la asistencia técnica, el agua, las vías, la capacitación y la educación empresarial para esos nuevos propietarios de tierra, y no solamente dentro de una perspectiva empresarial, también dentro de una perspectiva agraria o ganadera. El tener asegurados los mercados, porque yo puedo producir lo mejor, pero si no tengo establecidos los mercados, no puedo colocar mi producción, pierdo mi producción o no me la pagan a los precios adecuados y ese esfuerzo grande que se hizo se pierde, de modo que no es la tierra la que va a transformar la posibilidad de que muchos campesinos desarrollen un proceso productivo con éxito solo por ser propietarios. Eso va a propiciar grandes frustraciones. Eso es lo que ha pretendido el gobierno: mandar el mensaje de que solo con la tierra se logra un gran cambio en la vida de los campesinos.