La fuente humana que entregó información a varias entidades de inteligencia del Estado confesó que todo lo que había dicho era falso, motivado por la promesa de $500 millones y un asilo político en los Estados Unidos.
Una noticia que nunca falla en la agenda política y mediática son los planes para atentar contra la vida de X o Y personaje importante de la opinión y la cosa pública, pero, esa noticia cambia de cariz cuando la amenaza va dirigida de forma directa al presidente de la República y el Palacio de Justicia.
Justamente, el país fue sacudido con una oleada de información referida a un supuesto atentado terrorista en contra del Gustavo Petro y el edificio donde sesionan y despachan los magistrados del Consejo de Estado, Corte Constitucional y Corte Suprema de Justicia.
Sin embargo, esas informaciones, como reveló el pasado domingo 1 de septiembre la Unidad Investigativa de Noticias Caracol, están hoy en tela de juicio y, las actuaciones de su proveedor, Jhon Alexander Beltrán, analizadas con detenimiento.
De acuerdo con el reporte periodístico, el hombre, “habría hecho una ronda por diferentes agencias de seguridad del Estado y por la Fiscalía entregando información sobre los supuestos atentados contra el presidente, embajadas y la principal sede de la justicia”.
Inconsistencias en las versiones
Después de un riguroso análisis, los investigadores de las distintas agencias de seguridad del Estado y la Fiscalía descubrieron que había inconsistencias en las versiones del informante; este, al verse en evidencia, confesó que había mentido y por qué.
“Manifestó que la información que suministró carecía de realidad y que las personas que estaban detrás de esto eran Javier Mejía Rojas y Luis Arturo Usaquén Calderón, los cuales le tomaron una entrevista para radicar una denuncia en la Fiscalía. Estas mismas personas le ofrecieron la suma de 500 millones de pesos y asilo en Estados Unidos y por esta razón aceptó y siguió con las mentiras”, dijo Jhon Alexander Beltrán a la Fiscalía.
La nota investigativa destaca que Mejía y Usaquén, quienes se presentan como abogado e investigador privado, respectivamente, presentaron una denuncia solicitando que se llamara al ahora denunciante, para que ampliara la información que conocía sobre los atentados terroristas y el magnicidio.
“Según fuentes humanas, un grupo de personas de extrema derecha está recogiendo material de inteligencia y armamento para atentar contra la vida de nuestro presidente Gustavo Petro y contra las embajadas de Estados Unidos de América y Francia”, se lee en uno de los apartes de la comunicación y más adelante, apremian: “es necesario que la Policía Judicial colombiana practique una entrevista al agente infiltrado o fuente humana, para que en ella y solo a través de ella, se puedan introducir a nuestro ordenamiento procesal penal colombiano esos elementos con vocación probatoria”.
Cinematográfico plan
Caracol Noticias precisa que después de la denuncia, varios hechos fueron dando visos de realidad a las denuncias, el primero de ellos tiene que ver con las fotografías de un fusil, el cual fue descartado por peritos expertos con el arma de un francotirador profesional y también, que tuviera capacidad para llevar a buen término el plan.
Posteriormente, esa arma, que resultó ser deportiva, fue decomisada en una de las localidades de Bogotá. Días después, por información originada de la misma fuente humana, se decomisaron cartuchos para fusil, pistolas y elementos para la fabricación de explosivo, situación que encendió las alarmas.
Gerson Chaverra, presidente de la Corte Suprema de Justicia, declaró preocupado a mediados de agosto tras conocer del decomiso: “ante esa realidad objetiva es necesario que se adopten medidas de seguridad que refuercen el Palacio de Justicia para evitar que se vaya a perpetrar un atentado terrorista”.
La preocupación aumentó y el asunto, a pesar de la falta de evidencias, pues, cada elemento que aparecía era desvirtuado, fue marcando la agenda de algunas instituciones como el Ministerio de Defensa, desde donde se habló del tema solo para justificar las indelicadezas del presidente.
La fuente confesó
«Había informaciones respecto a eso, de un atentado cuyos detalles no voy a mencionar», dijo Iván Velásquez, sobre las más de dos horas de retraso de Gustavo Petro el pasado 20 de julio.
Finalmente, tras la conmoción generalizada, expertos de la Fiscalía, luego de ir desvirtuando las pistas que iban proporcionando los denunciantes, consiguieron que la principal fuente confesara que todo era un plan para obtener los beneficios económicos y la vida nueva que le pintaron en Estados Unidos.
“Lo prepararon ya que le dijeron que iba a ser objeto de seguimientos ilegales, interceptación e incluso sabían que le iban a realizar una prueba de polígrafo y por eso todas las comunicaciones las realizaba por WhatsApp y nunca habla por llamadas normales. Pero ya después de estos hechos observó cosas que no le cuadraban y por esta razón dijo la verdad”, puntualiza uno de los apartes del informe que cierra el caso.